La conciencia de Dios equivale a la integración del yo en el universo y en sus niveles más altos de la realidad espiritual porque todo lo verdadero, bello y bueno no puede perecer.
Libro de Urantia. Pág.2097
Tener conciencia de Dios, significa sentir que él no es un Dios lejano que tengamos que ir a buscar en lugares y horas determinados, sino que es nuestro Padre que no nos abandona ni de día ni de noche, porque por amor, una partícula de su esencia se ha quedado para siempre en toda alma que desee sobrevivir más allá de su estadía en esta tierra, porque si bien es cierto que el Padre mora en el Paraíso, también está en la mente de los hombres,"139 por intermedio de nuestro Espíritu residente, porque "este otorgamiento del espíritu del Hijo preparó eficazmente la mente de todos los hombres normales para el otorgamiento universal subsiguiente del espíritu del Padre (el Ajustador) sobre toda la humanidad. En cierto sentido, este Espíritu de la Verdad es el espíritu tanto del Padre Universal como del Hijo Creador.2061
"No podemos buscar a Dios por medio del conocimiento, pero podemos conocerlo en nuestro corazón por medio de la experiencia personal" 1453 pues en la medida que su presencia se manifiesta en nuestra vida cotidiana, ella comienza a cambiar en forma sustancial, porque todo, hasta lo más mínimo tiene un significado especial para nosotros, porque somos capaces de reconocer en todo, la voluntad divina en nuestras vidas y somos capaces de decir: "si Dios está conmigo, he detrminado que no albergo dudas en mi corazón" 1453 por tanto, estoy pronta a "entregarle mi voluntad para que se haga su voluntad"1303 porque mi mañana está totalmente en manos de mi Padre" 1436
Pero ¿cómo podemos preteder hacer la voluntad de Dios sin reservas, si muchas veces ni siquiera tenemos la voluntad de cumplir nuestra propia palabra.? Si no somos capaces de levantarnos enseguida que suena el despertador, ni tampoco somos puntuales en nuestros compromisos ... La verdadera conciencia de Dios, es mucho más que palabras que se lleva el viento, es el compromiso con nosotros mismos y en las cosas aparentemente sin importancia de nuestra vida cotidiana.
La conciencia de que Dios mora en nosotros mueven nuestras acciones, nada de ellas puede perderse, porque todas nuestras experiencias concientes no sólo nos sirven en forma individual para nuestra sobrevivencia eterna, sino que también son acumuladas como experiencias por nuestro Ajustador y también por el Supremo, porque "en la medida en que nosotros hagamos la voluntad de Dios en cualquiera de las estaciones universales en las que vivamos nuestra existencia, en esa misma medida el potencial todopoderoso del Supremo se acercará un paso más al actual. La voluntad de Dios es el propósito de la Primera Fuente y Centro tal como está potencializado en los tres Absolutos, personalizado en el Hijo Eterno, conjuntado para la acción universal en el Espíritu Infinito y eternizado en los modelos perdurables del Paraíso. Y Dios el Supremo está tornándose la manifestación finita más elevada de la voluntad total de Dios."1278
"Una personalidad que conoce a Dios y que desea hacer su voluntad y que tiene discernimiento espiritual, es divinamente estable y eternamente existente"1303 y por lo mismo, su vida en esta tierra deja de ser un valle de lágrimas y pasa a convertirse en un valle florido de oportunidades que le llenan de una alegría profunda, porque tiene la certeza que no está solo y que todo le sirve en su camino evolutivo porque " todo trabajo es sagrado pues nada de lo que hace un hijo de Dios es ordinario" 2049
yolanda silva solano