Cualquiera que beba el agua del espíritu vivo nunca tendrá sed. Este agua viva se volverá en él un manantial refrescante que brotará hasta la vida eterna.»
Libro de Urantia. Pág. 1612
Estas palabras reveladoras y llenas de valentía, fueron dichas por Jesús a una mujer samaritana. Es bueno recordar que en aquel tiempo, había una gran rivalidad entre los judíos y los habitantes de Samaria y que además, los hombres no le dirigían la palabra a las mujeres en público, mucho menos si su reputación era dudosa, sin embargo el Maestro no dudó en romper todas las tradiciones para ofrecerle a esta mujer esa agua viva, que tal vez en forma inconsciente esta mujer estaba buscando y necesitando para cambiar su vida.
Este fue uno de los muchos gestos que Jesús hiciera en favor del respeto hacia la dignidad de la mujer, sin importar su condición social, su raza ni reputación. Pero estas enseñanzas como tantas otras no fueron transmitidas como debiera haber sido y es por lo mismo, que han tenido que transcurrir siglos para que recién se esté reconociendo y no del todo que "el hombre no tiene ninguna autoridad legítima sobre la mujer.-La consideración que un hombre está dispuesto a conceder a la mujer y a los hijos, son la medida por la cual se conoce el alcance de auto conciencia y espiritualidad que el hombre tiene. 1471"
Pero a la bondad de Jesús hacia la samaritana, no le basta el dirigirle la palabra, sino que le ofrece el agua viva que él ha venido a traer a todos los seres humanos y ante la extrañeza de la samaritana, no duda en hacerle la gran revelación: que es el Hijo de Dios y en forma tácita le dice que el ha venido a buscar las ovejas perdidas. Jesús no juzga ni condena la conducta ajena, como con tanta frecuencia lo hacemos nosotros, El simplemente ama y perdona.
Si nosotros fuésemos capaces de seguir su ejemplo y "no cometiéramos el error de juzgar la religión de otro, con nuestras propias acciones y conocimientos.1115" seríamos mucho más tolerantes y "juzgaríamos el valor de un alma, sobre la base de las imperfecciones de la mente o de los apetitos del cuerpo. No midáis el destino de un alma , ni midáis su destino por la medida de un sólo episodio desafortunado.1729
Beber del agua viva que Jesús nos ofrece es aprender a vivir en plenitud, paz y alegría porque " es la presencia del Espíritu divino, el agua de la vida, la que previene la sed devoradora del descontento mortal y el hambre indescriptible de la mente humana no espiritualizada. Los seres motivados por el espíritu «nunca están sedientos, pues el agua espiritual será en ellos un manantial de satisfacción que fluye eternamente hacia la vida. Estas almas divinamente regadas son prácticamente independientes del medio ambiente material en cuanto a los regocijos de vivir y las satisfacciones de la existencia terrenal. Están iluminadas y refrescadas espiritualmente, y moralmente fortalecidas y dotadas.381" porque "cada día que vive un verdadero creyente, le resulta más fácil hacer lo que es recto.1740
Aceptemos el agua viva que Jesús nos ofrece y luego hagamos lo mismo que hizo la samaritana, vayamos y contémosle a muchos lo que hemos recibido, para que ellos también no vuelvan a tener sed de egocentrismo, de consumismo, ni mucho menos de intolerancia hacia nuestros hermanos.
yolanda silva solano