"El que ha aprendido a trabajar con su pensamiento, con su amor, es capaz de crear corrientes de fuerzas en los planos sutiles: se proyecta en el espacio y penetra con su quintaesencia a todas las criaturas vivas, hasta las estrellas… El amor da el don de ubicuidad, permite dirigirse a miles de almas a la vez y de existir en ellas. Es su amor el que hace de un Maestro espiritual un ser colectivo. En el plano físico está limitado, pero por su amor existe en todas partes en el universo, hasta los otros planetas, y es ayudado en su trabajo por millares de espíritus que le acompañan.
Cuando alguien habla por la radio, ¿cómo es que en miles de ciudades de todo el mundo, se puede escuchar su voz? ¿Cómo se ha multiplicado esta voz? Porque en sus casas la gente ha instalado receptores. Es así como, en el invisible, un Maestro espiritual puede dirigirse a millares de almas, pero con la condición de que hayan
instalado primero en ellas «un aparato receptor»."(Omraam M. Aivanhov)
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