"Se dice en el Salmo: «Caminaré ante el Eterno en la tierra de los vivos». Esta tierra de los vivos es el sol. Sí, el sol, pero un aspecto del sol que todavía no conocemos. Todo lo que vemos en la tierra y en el cielo sólo representa una ínfima parte de la realidad: envolturas, escorias... La realidad es la inmensidad del mundo invisible. Dirás: «¿Cómo? El universo es inmenso: el sistema solar y, más allá, todas estas galaxias, estas nebulosas...» Sí, pero eso no es nada al lado de todo lo que no vemos.
El Sol es «la tierra de los vivos», y, en esta tierra de los vivos iremos a habitar un día nosotros. Pero nada nos impide proyectarnos a ella desde ahora. Todas las conciencias iluminadas viven ya en el sol. En cuanto empezamos a vivir en la luz, vivimos en el sol: nuestros pies caminan sobre la tierra, pero nuestra cabeza visita el sol. Y, como deseamos ir a vivir para siempre en esta tierra de los vivos, cada mañana tratamos de acercarnos a ella. Yendo a contemplar el sol cuando sale, empezamos a dirigir nuestros pasos hacia ella." (Omraam Mikhaël
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