Es una pregunta que nos viene a la mente con mucha frecuencia. ¿Qué hacer?
¿Qué hacer ante una situación determinada, ante un problema?
Lo primero que generalmente se nos ocurre, es hacernos dueño del problema y le colocamos el “mi”
¿Qué hacer con mi problema laboral?
¿Qué hacer con mi permanente dolor de cabeza?
¿Qué hacer con mi hijo y su flojera para estudiar?
¿Qué hacer con este marido mío o esta esposa mía, tan flojo o tan floja
Nos llenamos de “mi” y cada vez nos hundimos en un pantano que nosotros mismos hemos formado.
Y para citar un lugar común, “nos hacemos dueños del problema y nos olvidamos de la solución. Como diría alguien, “nos aferramos a las cosas peores y dejamos pasar las mejores. Nos detenemos en los pequeños detalles y se nos pasa por alto la inmensidad.
La Vida no se detiene, la vida es un eterno fluir. Entreguémonos a ella y soltemos ese "mi" y tomemos la barca del "nosotros"