Dale una vuelta a la mala suerte. Transfórmala en algo bueno. No dejes que las desilusiones te depriman. Haz que te mantengan en marcha, con más fuerza aún que antes.
Después de todo, la vida es como tú la mires. Considérala, en su conjunto, como una oportunidad para alcanzar la belleza, la alegría y la realización.
Cada vez que sientas la necesidad de quejarte por lo mal que están las cosas, considera que tienes a tu alcance una alternativa mucho más poderosa. Visualiza cuán verdaderamente buena puede llegar a ser la vida y luego da un paso seguro, con entusiasmo, en esa dirección.
Toda situación es una situación en la cual puedes optar por prosperar. Cada desafío ayuda a conformar la estructura sobre la cual poder construir un gran éxito, pleno de sentido. Cuando todo esté presionando en tu contra, decide hacer que te empuje a crecer. Toda ocasión, es tu ocasión para brillar.
Y por sobre todo, recuerda que tienes a Dios tan solo al alcance de una oración…