Dejar ir las viejas creencias, cambiar, explorar lo desconocido, puede producirnos miedo y este temor se puede reflejar en malestar emocional, mental e incluso físico. Sin embargo, atravesar esta incomodidad fortalece nuestro crecimiento, nos llena de valor y constancia para seguir el camino ascendente, a sabiendas que no estamos solos, porque nuestro Espíritu está siempre pronto a ayudarnos, pero debemos recordar que él insinúa, no obliga a nada...la decisión de avanzar siempre tendrá que ser nuestra porque "ni siquiera el amor infinito de Dios, puede imponer la vida eterna, a una criatura que no elija sobrevivir."1638 porque aún cuando la voluntad de Dios es que todos se salven "el hombre debe elegir si estará o no presente en el momento del logro de tal destino. Si no se realiza dicha elección, la personalidad alcanza la Deidad experiencial directamente, volviéndose parte del Ser Supremo. El ciclo está predestinado, pero la participación del hombre en él es facultativo, personal y experiencial."1232 y de esta forma "el Espíritu de la divinidad se vuelve humildemente obediente a la elección de sus criaturas."150 |