Jesús vino a enseñarnos el camino hacia el Padre y se
hizo uno de nosotros, con todas nuestras carencias
y debilidades y por eso en muchas ocasiones,
al igual que cualquiera de nosotros ¡lloró frente
a la desilusión, al olvido, a la ingratitud o el duelo
por perder aun ser amado. La cita de hoy continúa
diciendónos que "Andrés estaba un tanto sorprendido
al ver al Maestro así afectado en vísperas de su
partida hacia Jerusalén y se atrevió a acercarse a
Jesús y preguntarle: «Maestro, en este día
auspicioso en que estamos a punto de partir hacia
Jerusalén para proclamar el reino del Padre,
¿por qué lloras? ¿Quién entre nosotros te
ha ofendido?» Y Jesús le respondió: «Nadie entre
vosotros me ha causado pena. Estoy triste tan sólo
porque nadie de la familia de mi padre José, ha
pensado en venir a despedirse. 1587
Muchas veces al darnos cuenta que ante una prueba o un
desengaño, nos sentimos tristes y desilusionados, no
solamente por el hecho en sí mismo, sino también porque
nos parece que por estar en el Camino no deberíamos sentirnos
así, pero Jesús nos demuestra que hay sufrimientos
que no se pueden evitar porque son parte de nuestra
condición de mortales y es ineludible que nos afecten,
pero eso no quiere decir que nuestra espiritualidad no
nos esté sirviendo para enfrentar las dificultades, porque
mientras nuestras lágrimas sean serenas, siempre podremos
decirle a nuestro Padre: acepto Señor tu voluntad, aún
cuando ella no sea la mía... y de esta forma
le damos significado a nuestra pena.
De los años que Jesús vivió en la tierra, 30 de ellos, los
vivió como cualquiera ser humano, para demostrarnos que
la perfección no está en las cosas espectaculares sino en
la sencillez de la vida cotidiana, pues “era el plan de
Miguel aparecer en la tierra como un hombre común,
para que la gente común, pudiera comprenderlo y
recibirlo. 1345. Pero también para vivir la experiencia
de lo que significa el sufrir sin rebelarse. Este nuevo
evangelio que Jesús nos predicó con su ejemplo “presentó
el alcance espiritual como meta auténtica del vivir.
La vida humana recibió una dotación de valor moral y
dignidad divina. Jesús nos enseñó que las realidades
eternas son el resultado y la recompensa del
esfuerzo de una conducta recta en la tierra 1860.
Cuando se nos habla de Jesús adolescente se nos dice: “Ha
aprendido bien a cumplir con sus obligaciones. Sabe
sobreponerse a las desilusiones y no se amilana
cuando se frustran sus planes y cuando sus propósitos
resultan temporalmente derrotados. Ha aprendido a
ser equitativo y justo aun frente a la injusticia, y está
aprendiendo a ajustar sus ideales de vida espiritual, a las
demandas prácticas de la existencia terrestre.
Está aprendiendo a proyectar la consecución de
metas idealistas más distantes y elevadas mientras
labora seriamente por la consecución de objetivos
necesarios más cercanos e inmediatos. Está desarrollando
el arte de ajustar sus aspiraciones a las demandas
convencionales de los acontecimientos humanos.
Está apunto de dominar la técnica de utilización de
la energía del impulso espiritual, para mover el mecanismo
del logro material. Lentamente está aprendiendo a vivir
su vida celestial, mientras continúa viviendo su vida
terrestre. Cada vez más, se acoge a la orientación y
dirección final del Padre celestial a la vez que asume el
papel paterno de orientar y dirigir a los hijos de su
familia terrestre. Se está volviendo experto en arrancar
la victoria de las fauces mismas de la derrota, está
aprendiendo a transformar las
dificultades temporales en triunfos de la eternidad. 1405.
Nada espiritual se consigue si no es a través de lo material.
Si Jesús adolescente tuvo que aprender, ¿cuánto mas
deberemos hacerlo nosotros que aun somos unos niños
en el arte de aprender a ser espirituales? Cuando
tomamos conciencia que la espiritualidad es algo
técnico que debemos aprender, nuestra condición
humana cambia, porque dejamos de ser contemplativos
pasivos y nos vamos convirtiendo en hacedores del
reino en nuestro propio mundo interno, porque
la misma “mente que estaba en Cristo, también está en nosotros. 1123
“Un Hijo creador de Dios se ha vuelto uno de vosotros,
es vuestro hermano mayor, de hecho en espíritu os volvéis
verdaderamente emparentados con Cristo, el victorioso
Miguel, entonces en espíritu también debéis ser hijos de
ese Padre que vosotros tenéis en común, aun del Padre
Universal de todos. 448. Por lo tanto no es una utopía
cuando se nos pide: “Sed perfectos así como Yo soy perfecto.
El Padre se ha otorgado a si mismo, ha colocado dentro
de vosotros su espíritu, por lo tanto espera
la perfección última de vosotros. 449.
Tratemos de imitar a este Jesús, que quiso ser uno de
nosotros, para poder señalarnos el camino real hacia
el Padre, el cual no es fácil, pero también está lleno de
recompensas, porque “una de las características mas
sorprendente de la vida espiritual, es esa paz dinámica y sublime, esa paz que
trasciende toda comprensión humana, esa calma cósmica
que simboliza la ausencia de toda duda y confusión. Tales
niveles de estabilidad espiritual son inmunes a cualquier
decepción.1101 y merecen de todo nuestro esfuerzo
por alcanzarla y " arrancar la victoria de las fauces mismas
de la derrota y transformar las dificultades
temporales en triunfos de la eternidad."