DECÁLOGO DE LA CONVIVENCIA
La convivencia es inevitable pero, a la vez, es necesaria. Necesitamos a los demás y sin ellos nuestra existencia no tendría sentido. Nuestra evolución, nuestro aprendizaje, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro dependen siempre de los demás. Ellos juegan en nuestra existencia un papel mucho más importante de lo que podemos imaginar. Todos son nuestros maestros, unos para que aprendamos a asimilar y a agradecer y a perseguir lo bueno, lo positivo y lo agradable; y otros, para enseñarnos a evitar y a perdonar lo malo, lo negativo y lo desagradable. Y, al mismo tiempo, de un modo milagroso, todos ellos son nuestros discípulos y, con nuestra conducta y nuestros pensamientos y nuestras palabras, hemos de enseñarles a buscar y amar lo bueno y a evitar lo que no lo es. De modo que, en ambos casos, nuestra responsabilidad y nuestra manera de enfocarla están claras. Trata, pues, de hacer propios estos consejos y caminarás con cierta soltura por la vida:
1.- AMA A TU PRÓJIMO TAL COMO ES, CON SUS VIRTUDES Y SUS DEFECTOS. Tu misión no es criticarlo ni despreciarlo, sino ser una ayuda y un ejemplo.
2.- NO TOMES A MAL SUS OFENSAS NI SUS INGRATITUDES. Él es como es y tú también tienes tus defectos. Enséñale, con tu comprensión y tu tolerancia, que hay otra manera de ir por la vida. Pero no lo intentes hacer, devolviéndole mal por mal. No funciona.
3.- RESPÉTALO NO PENSANDO NI DICIENDO DE ÉL NADA NEGATIVO. Seguro que tiene una virtud o algo que te gusta o que admiras. Destaca y comenta eso y no te obceques en lo negativo, porque con ello sólo pondrás de manifiesto tu lado malo. Que también lo tienes.
4.- HÓNRALO. En algún aspecto, seguro que te aventaja. Procura, pues, imitar eso. Y, entretanto piensa que, en ese aspecto, es tu maestro.
5.- NO MATES LAS OPORTUNIDADES DE AYUDAR. Cada oportunidad de ayudar no aprovechada la habrás perdido para siempre. Y sólo el aprovecharlas te hará realmente feliz.
6.- NO HAGAS MAL USO DE TU ENERGÍA FÍSICA, EMOCIONAL NI MENTAL PARA PERJUDICAR A NADIE, NI DERROCHÁNDOLA. La energía es algo de lo que no eres dueño, sino administrador. Y, si haces mal uso de ella, la perderás. Y haces mal uso de ella si explotas a tu prójimo o lo calumnias o lo desprecias o lo insultas o lo engañas o le niegas tu auxilio cuando lo necesita.
7.- NO PRIVES A TU PRÓJIMO DE SUS ÉXITOS, SUS OPORTUNIDADES O SUS ALEGRÍAS. Haz tuyos sus problemas e interésate por sus cosas. A todos nos gusta que nos quieran y nos respeten, no sólo a ti. Tenlo en cuenta y actúa en consecuencia.
8.- ALABA SUS VIRTUDES, TANTO SI ESTÁ PRESENTE COMO SI NO. Si le alabas lo bueno, harás que le aumente y que te crezca a ti. Y si lo alabas en su ausencia demostrarás tu gran calidad moral. Criticar a un ausente está al alcance de cualquiera. Alabarlo, no.
9.- NO ENVIDIES SUS TRIUNFOS. Alégrate de ellos como si fuesen tuyos. Lo mismo que el aire limpio lo respiramos todos, los éxitos y los triunfos de cualquiera, de un modo misterioso, nos benefician a todos si sabemos alegrarnos. Pero nos hacen desgraciados si los envidiamos.
10.- ESTÁ SIEMPRE ALEGRE Y ALEGRA A LOS DEMÁS. La vida es tal como tú la quieras ver. Ella está ahí y cada uno la ve de una manera. Esfuérzate por ver todo lo que de hermoso y de positivo hay en ella. Y colabora con tu estado de ánimo para que esa hermosura resplandezca a tu alrededor. Te asombrarás de los resultados que produce sonreír a la vida.
Estos diez mandamientos se resumen en uno: PIENSA QUE TU PRÓJIMO ES COMO TÚ y tiene sus ilusiones y sus capacidades y sus flaquezas y sus debilidades, y espera de ti, como tú esperas de él, una mano tendida, o sea, un poco de amor. ÁMALO, PUES, Y LO HARÁS FELIZ Y TÚ LO SERÁS CON ÉL.
Por Francisco-Manuel Nácher López