Aprende a depender de ti mismo. Esta es también
una cualidad que debe ser cultivada en el sendero del
discipulado. Depende de ti mismo y permite que los
otros puedan confiar en ti.
Depende del ser, el ser
superior en ti. Apóyate en Él y ofréceles entonces tu
apoyo a los demás. La auto-dependencia es la auténtica
fuerza.
Sólo los niños dependen de los demás, no así
los adultos. Analiza las áreas en donde dependas de los
otros. Trata de eliminar cuidadosamente esta dependencia.
Aquel que desarrolla dependencia de los otros,
sufre cuando éstos no están disponibles. Date cuenta
que la maestría está en la auto-dependencia, no en
reunir ayudantes a nuestro alrededor, sin los cuales no
podemos hacer nada. El trabajo es un privilegio para el hombre. Las expectativas
son un lastre en la vida. Muchas veces, las
expectativas acaban en decepciones. Hasta que el
hombre no aprenda este secreto en el trabajo, continuará
afectado por la dualidad del mundo.