Conversar con Dios, es escuchar a Dios en el silencio de nuestra alma, es dialogar en la misma forma que hacemos con un padre, mejor aun, en la forma que lo hacemos con un amigo, pues desgraciadamente hoy en día el diálogo entre padres e hijos no es un buen ejemplo de mencionar, pues hay mas incomunicación que conversación entre ellos.Creo que gran parte de los males que asolan al mundo, es porque nosotros hemos actuado como hijos ingratos, al igual que hoy hacen tantos, que llevan a sus padres a un asilo y que en el mejor de los casos, los van a ver muy de vez en cuando, pero que la mayor parte del tiempo, su corazón está muy lejos de ellos.
Dejemos de endiosar a Dios y estrechemos con él nuestra amistad porque “frente al mundo de la personalidad, Dios se descubre como persona amante, frente al mundo espiritual, es amor personal, en la experiencia religiosa es ambas cosas. El amor identifica la voluntad volitiva de Dios. Su bondad descansa en el fondo del libre albedrío divino, que es la tendencia universal al amor, al mostrar misericordia, a manifestar paciencia y entregar perdón.” 42 ¿Quién más que Dios puede darnos una amistad tan rica en afecto y comprensión.?
El, está pronto a darnos todo su amor y en forma totalmente personalizada, porque Dios “ama a cada criatura como a un hijo y ese amor acompaña a cada criatura a lo largo de todo el tiempo y la eternidad.” 1304 sin embargo, El no desea imponerse, nos deja a nosotros la voluntad de elegir o rechazar su amor “ el hombre puede acercarse a Dios y puede abandonar repetidamente la voluntad divina, mientras conserve la facultad de elegir. El corazón del Padre no se cierra jamás a las necesidades y solicitudes de sus hijos. Son sus vástagos los que le cierran el corazón” 64
Comprendamos que no tenemos derecho a sentirnos solos, ni tristes, ni preocupados, porque “cuando se acumulan las nubes, nuestra fe debe aceptar el hecho de la presencia divina residente y junto a ella, deberíamos poder contemplar más allá de las nieblas de la incertidumbre.”1194
¡ Abramos nuestra mente y nuestro corazón para recibir a este Amigo que está aguardando que le demos nuestra amistad, más que nuestra adoración.! Cuando se ama... todo lo demás viene por añadidura.
yolanda silva solano
Ya es hora, que abandonemos los ritos, las oraciones aprendidas y repetidas sin significado alguno y nos dediquemos a conversar con Dios, en vez de nuestros acostumbrados monólogos que habitualmente se transforman en peticiones. Es justamente este “sentir” a Dios en nuestros corazones, lo que hoy en día, nos hace falta a los creyentes, para ser capaces de entregar a nuestros hermanos el agua viva que Jesús nos dejó en el evangelio. Nos conformamos con una religión de prácticas establecidas o con lecturas del LU y hemos olvidado el diálogo íntimo y personal con quien más nos ama.