"Ves que hay tantas cosas por mejorar en vuestra vida y en
ti mismo, y rezas: «Señor, haz que... Señor,
dame...» Para que tus oraciones sean escuchadas, debes
sostenerlas con una fe incondicional y con esfuerzos continuos.
El Cielo sólo quiere escucharte, pero si te contentas con
expresar un deseo, de vez en cuando, éste se diluye y acaba por
perderse en el espacio. Si no obtienes lo que pides, debes
buscar la causa en ti mismo: te ha faltado, sin duda, la
estabilidad y la perseverancia en el esfuerzo.
Si se comportaran en su vida profesional como lo hacen en su vida
espiritual, mucha gente no conservarían durante mucho tiempo su
puesto de trabajo. Con el pretexto de que las realidades del
mundo espiritual son invisibles, los hombres se imaginan que
basta con proyectar, de vez en cuando, algunos deseos flotantes.
Pero no, más aún que en el plano físico, los éxitos que se
obtienen en el plano espiritual exigen una práctica y esfuerzos
continuos."
(Omraam Mikhaël Aïvanhov)