Se dice muchas veces en las meditaciones que el hombre es una imagen de Dios.
Todo lo que existe en Dios existe en el hombre, excepto que el hombre es una conciencia localizada, mientras que Dios es una conciencia universal.
Cuando el hombre somete su identidad individual a los pies de Dios, todas las inteligencias cósmicas, solares y planetarias inherentes en él se despiertan y se convierte en un Maestro