"La única clarividencia que necesitamos realmente cada día es aquélla que une en nosotros el intelecto con el corazón: comprender con el intelecto y, al mismo tiempo, sentir con el corazón. Esto es lo que hace que veamos claro: la sensibilidad unida a la comprensión. Cualquier otra forma de clarividencia comporta peligros.
En vez de consultar las cartas, el péndulo, los posos del café, la bola de cristal, etc., muchos harían mejor abriendo sus ojos al mundo visible que les presenta tantos indicios irrefutables. Y cuando tienen problemas que resolver, que recuerden de que el
Cielo les ha dado ojos para ver, oídos para oír, un cerebro para reflexionar y sacar conclusiones... y un corazón para amar." (Omraam Mikhaël Aïvanhov)
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