“La vida del hombre adquiere su verdadero sentido y su auténtico valor cuando se convierte en un viaje de vuelta al Dios que nos ha creado para sí y cuando se hace respuesta al Dios que lo llama a una comunión consigo”
¿Le damos esa orientación a nuestra vida? ¿Vivimos buscando a Dios o estamos demasiado atados a las cosas materiales y aturdidos por los placeres terrenales?
¿Tomamos conciencia que “estamos de paso” en este mundo y que debemos utilizar este tiempo para acumular riquezas espirituales que nos aseguren el boleto para ese viaje de vuelta a Dios?
Meditemos con serena esperanza el Evangelio de hoy y elijamos dónde queremos estar cuando llegue el final de los tiempos y venga el Señor con todo su poder y su gloria.