"El cordero que lleva una cruz es el símbolo de Cristo. Significa que, en el origen de la creación, Cristo se ofreció en sacrificio para que el mundo pudiese existir. Este sacrificio era necesario para producir una fuerza capaz de conectar entre sí todas las partículas del universo, y esta fuerza es el amor. Cristo es el espíritu del amor que atrae, une, sostiene; fue puesto como fundamento de la creación. La sangre del cordero inmolado es el símbolo del fluido que debía impregnar la materia de esta construcción. Es el lazo, el cemento que impide que el universo se disloque. Por todas partes, en las piedras, en las estrella, es este amor el que sostiene el armazón; si el amor desapareciese, nuestro cuerpo incluso empezaría a disgregarse. Gracias a esta fuerza de cohesión como también la de las familias, las naciones pueden subsistir. Sin los sacrificios que los humanos hacen unos por otros, sin las renuncias consentidas por todos, ninguna vida en común sería posible." (Omraam Mikhaël Aïvanhov)
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