"Toda la creación está ahí para alimentar a los humanos y
permitirles desarrollarse. Sin embargo, no sólo no piensan que
deberían dar algo a cambio, sino que la ensucian y despilfarran
sus riquezas. No se dan cuenta que, actuando así, infringen el
orden cósmico cuyo símbolo es la balanza: puesto que reciben
gratuitamente, deben dar también gratuitamente. ¿Cómo?
Poniéndose al servicio de la causa divina con amor y
reconocimiento.
El día en que sepan decir: «Señor, quiero ser tu servidor,
un instrumento enteramente a tu servicio. Cumpliré tu voluntad,
manifestaré tu presencia. Sírvete de mí, Señor»,
accionarán la gran ley del equilibrio y todo un mecanismo se
pondrá en movimiento.
El Alma universal, en el seno de la cual
se mueven todas las criaturas, se abrirá y derramará sobre
ustedes sus bendiciones. Dios es el Señor de todas las
riquezas.
En el acto de darse a Él, lo que cuenta es el gesto.
Sólo aquél que se pone enteramente al servicio del Espíritu
divino recibe todo de Él."
(Omraam Mikhaël Aïvanhov)