Jesús nos dijo: "mi paz os doy mi paz os dejo" fue uno de sus grandes legados, sin embargo son pocos los seres humanos que se sienten verdaderamente en paz y muchas veces culpan de ello al gobierno, al vecino o a cualquiera, pero no se dan cuenta que la verdadera paz, al igual que la felicidad no está fuera, sino dentro de cada uno de nosotros, porque es un don que debemos cultivar con esmero.
El mundo nunca podrá estar en paz, si primero no conseguimos nuestra paz indvidual, porque son las vibraciones positivas individuales, que emanamos cuando estamos serenos y estables las que realmente ayudan a la paz mundial, porque ésta no se consigue mediante decretos, sino con obras de justicia y amor, porque "los fuertes no deben mirar con desprecio a los débiles."999
Es fácil el hablar de la paz, lo difícil es mantenerla operativa en nuestra alma, por eso en esta semana vamos a ver algunas causas que nos impiden disfrutar de una paz espiritual real, porque " la religión no es una técnica para llegar a una paz mental estática y dichosa; es un impulso hacia la organización del alma para el servicio dinámico. Es enlistar la totalidad del yo para el servicio leal del Dios amante y para servir al hombre."1096
En este mes en que la Navidad nos recuerda más a Jesús, tengamos en cuenta que "su paz es la felicidad y satisfacción de una persona conocedora de Dios que ha alcanzado el triunfo de aprender plenamente cómo hacer la voluntad de Dios mientras vive la vida mortal en la carne. La paz mental de Jesús estaba cimentada en una absoluta fe humana en la realidad de los sabios y compasivos cuidados del Padre divino. Jesús tuvo problemas en la tierra, aun se le denominó falsamente el «varón de dolores», pero en todas estas experiencias y a través de ellas disfrutó el consuelo de esa confianza que le dio la fuerza para proceder con el propósito de su vida, en la certeza plena de que lograba cumplir con la voluntad del Padre. La paz de Jesús es, pues, la paz y la certeza de un hijo que cree plenamente que su carrera en el tiempo y en la eternidad está total y certeramente bajo el cuidado y la vigilancia de un Padre. Y ésta es, de veras, una paz que sobrepasa todo entendimiento de la mente mortal, pero que el corazón humano creyente podrá disfrutar plenamente."1954
yolanda silva solano
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