Por lo tanto para celebrar la Navidad no necesitamos hacer cosas extraordinarias para complacer al Jesús niño, por el contrario con la misma sencillez que el escogió su nacimiento nosotros debemos esforzarnos por hacer cosas simples en su nombre pero con plena conciencia de lo que estamos haciendo
En esta Navidad regalemos miles de sonrisas a todos, pero en especial a aquellos que están cansados, que están enfermos, que están tristes, que están solos... a todos los que anhelan una caricia, una palabra amable y que no se atreven a pedirla porque el orgullo, la rabia o su soledad congénita, se los impide...ellos no lo saben, pero son los más pobres, porque su pobreza radica en sus sentimientos...es ante ellos que debemos abrir nuestro corazón de par en par para acogerlos, sin preguntar nada, sin pedir nada, simplemente para hacerles sentir nuestro amor, nuestra comprensión y empatía. Porque nadie necesita tanto de una sonrisa como aquel que es incapaz de brindarla...
Esforcémonos para que esta Navidad sea diferente, junto con preocuparnos del arreglo de nuestro hogar, arreglemos también nuestra morada interior, que Jesús no tenga que nacer una vez más en un pesebre, porque no nos hemos hecho el tiempo, para limpiar nuestro corazón de los rencores, las envidias y las ofensas que emponzoñan el alma y nos hacen sufrir. Recordemos que “en la medida que crecemos en edad y nos volvemos más expertos en los asuntos del reino, seremos más discretos en nuestro trato con los mortales fastidiosos y seremos más tolerantes con nuestros hermanos testarudos."1773
Que en esta Navidad, Jesús encuentre nuestro corazón limpio de ofensas y dispuesto a amar a todo aquel que a nosotros se acerque, porque al hacerlo estaremos amando a Jesús en cada uno de nuestros hermanos.
Si así procedemos, podremos unir nuestro canto al de los ángeles y decir con verdad ¡ hosanna en los cielos y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad! porque nosotros estaremos siendo uno de ellos...
yolanda silva solano