Un hombre feliz trae consigo la bendición; un hombre infeliz causa preocupaciones.
Un hombre feliz no es peligroso. Sabe que la felicidad está compuesta de muchas partes y que siempre cualquier parte es incompleta.
Pero no se fija en eso sino que se alegra de lo que tiene. Un hombre feliz no se enamora de sus propios problemas.
Hará algo por sí mismo y no esperará que todo venga de parte de los demás.
No piensa que la felicidad es algo como el premio de la lotería, sabe que la felicidad es como una sombra que te persigue cuando no piensas en ella. Es un eco, que responde al don de ti mismo.
Tal vez busco la felicidad demasiado lejos. Es como las gafas, no las veo, pero las tengo puestas. ¡Tan cerca!
Te saludo con alegría y amor en este día.