EL CICLO ANUAL CON CRISTO
SINTONIZADOS CON EL RITMO DE LOS DOCE
En los momentos actuales, sólo muy pocas personas tienen una comprensión
espiritual de las fiestas eclesiásticas comúnmente celebradas. Aunque la iglesia de
Roma y la iglesia de Inglaterra celebran muchas de estas festividades, su significado
interno se perdió hace largo tiempo. Como se ha dicho en los volúmenes anteriores
de la Interpretación de la Biblia para la Nueva Edad, el Misterio Cristiano del
Templo está situado en los éteres, sobre la ciudad de Jerusalén. Es en esa elevada y
sagrada área en la que tales fiestas tienen su origen y allí es donde continúan
celebrándose con todo su esplendor y majestad. Durante su observancia se derrama
sobre la tierra un poder espiritual dinámico. Éste es uno de los muchos canales
empleados por Cristo para la espiritualización del Planeta.
Octubre - Noviembre - Diciembre
Cuando el Sol entra en Libra, lo cual anuncia la llegada de octubre, la dorada
fuerza de Cristo pasa a los planos terrestres, ya que empieza de nuevo, este sublime
Ser, Su anual sacrificio, acontecimiento denominado la Crucifixión Cósmica. A ello
se refiere San Pablo en Romanos 8:22 al decir: "Sabemos bien que hasta el presente
la humanidad entera sigue lanzando un gemido universal con los dolores de su
parto". En esta época del Equinoccio de Otoño un discípulo debe renovar su decisión
de caminar por el sendero del Señor, a despecho de las vicisitudes y obstáculos que
le salgan al paso.
Durante el mes de noviembre, la fuerza de Cristo impregna al cuerpo de deseos
de la Tierra. Entonces el discípulo debe esforzarse por purificar su naturaleza inferior
con el fin de ayudar al Gran Uno en Su trabajo de limpiar la envoltura astral de la
Tierra. Debe, especialmente, intentar convertirse en un canal de servicio más
eficiente, como Auxiliar Invisible y como auxiliar visible.
Durante los primeros días de la manifestación humana, una parte del trabajo
realizado por la Jerarquía de Escorpio, que preside el mes zodiacal de noviembre,
consistió en despertar el Ego del hombre, ayudándole así a completar su
individualización. Durante el estadio presente de la humana evolución, el discípulo,
trabajando bajo la jurisdicción de los Señores de la Individualidad (Libra) y los
Señores de la Forma (Escorpio), aprende a transformar la presunción en humildad y a
sacrificar el "Yo" personal al impersonal "nosotros"; en otras palabras, a vivir el
ideal de el mayor bien para el mayor número.
La época de Adviento se extiende a lo largo del mes de diciembre y se la
conoce como el Festival de la Luz. Los impulsos espirituales de la estación preparan
a la Humanidad para el derramamiento de fuerzas celestiales que acompañan al
renacimiento anual del Cristo Cósmico en nuestra esfera terrestre. Al Adviento le
sigue el Solsticio de Invierno, que tiene lugar entre el 21 y el 24, y que culmina en el
gran Festival del 25 de diciembre. La Navidad ha de seguir siendo una observancia
externa para el aspirante hasta que Cristo nazca en su interior. Y en el grado en que
experimente ese despertar, será capaz de participar en el elevado éxtasis espiritual de
la más sagrada de las estaciones.
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