Todo lo que podamos lograr, todo eso bueno que pueda reservarnos el año en cierne, podemos y debemos fabricarlo nosotros, con una actitud mental y hechos siempre positivos, enfrentando todos los problemas y estando seguros que la fatalidad y la casualidad no existen, así como de rechazar ese pesimismo inherente sólo a los caracteres débiles.
¡Como hijos de Dios seamos fuetes y resueltos! ¡Con ello será posible hacer del tiempo un aliado, y no un enemigo!