"Desde la modesta posición en la que te encuentras, puedes
contribuir al bien de toda la humanidad. Consagra cada día, al
menos unos minutos, a pensar cómo en el futuro la humanidad
llegará a ser una gran familia en la que todos sus miembros se
amen, se comprenden, se sonríen.
¡Hay tantas cosas buenas en
las que pensar para la felicidad de la tierra entera! Que todos
los humanos van a contemplar la salida del sol, que se reúnen
para danzar y cantar himnos de gozo y de gratitud al Creador...
¿No
es maravilloso poder formular tales deseos, en vez de
alimentar continuamente tantos pensamientos y sentimientos
pesimistas, prosaicos, egoístas?
Y piensa también en toda esta vida que hay en el Cielo: los
ángeles, los arcángeles, las divinidades, todas las
jerarquías... Piensa en la luz, en el amor, en la pureza en
las
que viven, y desea que este esplendor descienda sobre la tierra.
De esta manera construyes puentes, creas comunicaciones para
que la perfección, la riqueza, la belleza de arriba desciendan
realmente un día sobre la tierra." (Omraam M. Aivanhov)
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