"Habitas una casa, un apartamento, y cada día utilizas diferentes objetos. ¿Acaso has pensado en consagrarlos? «¿Y – dirás – por qué consagrarlos?» Para que estos lugares, estos objetos, actúen favorablemente sobre ti. ¡Se te han dado tantos medios para poner en marcha fuerzas armoniosas, benéficas, que vengan a sostenerte interiormente! Pero, como antes de pertenece a ti, esta morada o estos objetos pueden haber recibido improntas negativas, para neutralizarlas haz con el pensamiento un trabajo de limpieza invocando sobre ellos los poderes de la pureza y de la luz. Una vez purificados, exorcizados, puedes consagrarlos a una virtud, a una entidad celestial, pidiéndole que venga a habitar este lugar o a impregnar estos objetos.
Una morada, unos objetos que hayas bendecido, consagrado, ejercerán una buena influencia sobre ti, sobre tu familia, sobre la salud de tus hijos. Y después, esfuérzate por seguir en este mismo estado de ánimo. No te digo que entres en tu casa como en un templo, ni que utilices los aparatos y utensilios de la vida cotidiana como si fuesen objetos sagrados. Solamente llamo tu atención sobre las consecuencias que puede tener tu estado interior sobre los seres y objetos que te rodean. Debemos tratar de dar siempre un poco más de valor y de sentido a lo que poseemos y a lo que hacemos."
(Omraam M. Aivanhov)
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