Nada de la Creación tiene que ser aniquilado, pero
es necesario comprender cual es su lugar en ella.
Cuando conocemos el lugar que ocupan las cosas en la Creación,
no hay necesidad de eliminar nada y sabremos
cómo relacionarnos con todo y obtener lo mejor de cada
cosa.
Se dice que no hay nada superfluo en la Creación,
sino que es una falta de conocimiento lo que nos hace
creer que hay cosas superfluas. Los recursos de la Naturaleza
no son superfluos pero son mal utilizados debido
por nuestra falta de conocimiento. Hay un dicho
que dice: "No hay nada superfluo en la Creación sino
cosas que se utilizan mal".
Creer que la mente, los sentidos y el cuerpo son los
enemigos se debe a un conocimiento a medias. Cuando
se nos da el vehículo más sofisticado para hacer las
cosas por medio de él y no sabemos como utilizarlo,
naturalmente nos parece pesado; pero nada más que
conocemos su utilidad, ese mismo peso se convierte en
una facilidad.
Normalmente lo que solemos ver como un peso
no es sino nuestra falta de entendimiento respecto a
ello.
Si hay una persona cercana a nosotros que parece
ser un problema y no tenemos manera de evitarla hay
una manera superior de entenderlo y es que la Naturaleza
quiere enseñarnos algo a través de ese medio. Deberíamos
estar abiertos para ver qué es lo que tenemos
que aprender de esa persona a través de esa situación.
Esto generalmente no se da por que tenemos opiniones
fijas. Para redondear esa fijación y hacernos adaptables,
la Naturaleza nos ha dado el concepto de convivir.
Cuando nos relacionamos con gente en un grupo, los
ángulos rozan unos contra otros y se vuelven gradualmente
redondos.