Es importante
tener metas en la vida. Necesitamos seguir nuestros sueños y crear el
tipo de existencia que queremos para nosotros mismos, pero también nos
convendría en nuestro camino recordar que nada que podamos soñar se
acerca al beneficio infinito que el Creador quiere darnos. Sin importar
cuáles sean nuestros deseos, el universo quiere darnos mucho más.
De hecho, por lo general esta es la razón del por qué nuestros planes se
salen de curso. Pensamos que todo se está derrumbando cuando en realidad
todo se está organizando. Cuando las cosas no resultan de la forma en
la que esperábamos (por ejemplo, si una relación no funciona o si un
negocio fracasa) comenzamos a preocuparnos y entramos en pánico.
Si tan sólo supiéramos cuán innecesario era que pasara, no permitiríamos
que estas intervenciones divinas se alejasen de nuestra calidad de vida.