Lo que hace feliz al ser humano es el respeto a sí mismo y a los demás, practicar la generosidad, la bondad, el amor..., poniendo la fe y la confianza, en sus manos. Solo el amor es digno de fe.
Es una invitación a confiar plena y activamente en Dios, colaborando en su proyecto de construir un mundo más justo, más solidario, más amable, más humano para todos.
“Busquen ante todo el reino de Dios y lo que es propio de él, y Dios les dará lo demás”.