¿Alguna vez has dejado de lado tus sueños para vivir tan solo el acelerado ritmo de hoy sin poder detenerte a pensar?
Tal vez hoy te levantaste, sin tiempo como siempre, sin dar gracias al Creador, o encomendar tu día a Dios.
Tal vez porque sientes que no tienes motivos para vivir, más que el cumplir con tus obligaciones.
Existe una razón más allá del trabajo, la responsabilidad o simple hecho de estar vivo. Cada minuto que pasa, es irrepetible, precioso, único e incomparable.
Pasar por la vida sin vivir, es algo que a muchos les sucede hoy.
Por eso, toma tu tiempo, mira el cielo, disfruta de las aves, de tus amigos, hasta de los embotellamientos, disfruta de aquello que incluso te saque de tus casillas, sabiendo que a fin de cuentas el motivo principal por el que estás aquí...
Es encontrar a Jesús.y ser como él...