Cuando tomamos conciencia, que los seres humanos no somos criaturas aisladas y que lo que hacemos , no solo nos incumbe a nosotros como individualidades, sino que todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene una repercusión cósmica, comprendemos la responsabilidad de saber aprovechar las oportunidades que diariamente nos da la maestra vida para crecer y evolucionar. Las posibilidades y las oportunidades de ser uno con Dios, están al alcance de la mano, pero dependen exclusivamente de nuestro libre albedrío que es quien nos permite tomarlas o dejarlas pues “el hombre puede acercarse a Dios y puede abandonar repentinamente la voluntad divina, mientras conserve la facultad de elegir”64, porque “ la personalidad del hombre es eterna, pero en cuanto a la identidad es una realidad eterna condicionada. Es el hombre quien debe elegir si estará o no presente en el momento del logro de su destino eterno. El ciclo está predestinado, pero la participación del hombre en él, es facultativo, personal y experiencial.” 1232
Las oportunidades espirituales, siempre se van a presentar a través de lo material, porque "el hombre crece conscientemente, desde lo material hacia lo espiritual, por la energía, poder y persistencia de sus propias decisiones."1282 y este crecimiento no sólo nos involucra como individualidades humanas, sino que también al Espíritu residente y al Supremo, porque "Las partes e individuos del gran universo evolucionan como reflejo de la evolución total del Supremo, mientras a su vez el Supremo es el total cumulativo sintético de toda la evolución del gran universo. Desde el punto de vista mortal ambos son recíprocos evolucionarios y experienciales."1278
Sin duda que “la experiencia de una vida religiosa dinámica, transforma al individuo mediocre en una personalidad de poder idealista. La religión sirve entonces, al progreso de todos porque fomenta el progreso de cada individuo y el progreso de cada uno, es aumentado por el logro de todos. La religión ennoblece la rutina común de la vida diaria”1294
Las oportunidades tienen un tiempo y un espacio determinado, bien lo sabemos cuando hay algo en liquidación en una tienda, si no nos decidimos rápido nos quedaremos sin la oferta. Nuestra vida entera, está llena de ofertas... que si supiéramos aprovecharlas harían nuestra vida más fácil, alegre y fructífera, pero desgraciadamente a esas “liquidaciones” le damos muchísima menos importancia que a las de los supermercados.
yolanda silva solano