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De: moriajoan (Mensaje original) |
Enviado: 20/02/2014 23:08 |
EI valor de cualquiera enseñanza depende de su esfuerzo en hacer hombres mejores enseguida y
constantemente; hacerles más cariñosos y considerados en su casa, más concienzudos en sus negocios, más
leales para los amigos, dispuestos a perdonar a sus enemigos; y cualquiera enseñanza que sea de tan fácil
aplicación y reporte semejantes resultados, no necesita de mayor recomendación.
¿Dónde encontrar tal enseñanza? Tenemos una monumental cosmogónica que describe los periodos
del mundo, las revoluciones, las épocas y las razas. ¿El estudio de ella hará que los hombres sean mis
cariñosos? 0 bien, si podemos inducirles a escudriñar los misterios de los números y de nombres que
contiene la Cábala, ¿se harán por ello más conscientes? Seguramente no; por lo tanto, tal conocimiento es de
menor importancia. ¿Haría a los hombres ser más morales la enseñanza de la evolución e involución, o si les
describiéramos la cíclica jornada del alma a través del purgatorio y de la gloria? Todo esto no seria
necesario, por lo menos, hasta haberles convencido, de que bajo la Ley de Consecuencia estamos sujetos al
renacimiento y a cosechar lo que hayamos sembrado. Podría ocurrir quizás, que la más pequeña insinuación
de tal creencia alejara de nosotros muchisimas personas.
Pero, se preguntarán ustedes, ¿ qué es lo que queda entonces de nuestras enseñanzas? La mayor de
todas y la más práctica. La que no despertará antagonismo alguno en ningún devoto de cualquiera religión,
ni aún en el agnóstico, puesto que no se necesita el poner la etiqueta religiosa. Provocará resultados más
beneficiosos desde el día de su aplicación, afectando, también a las futuras vidas, sin tener en cuenta, si el
hombre que la practica oiga o no la palabra Rosacruz o aprenda más o menos de nuestras enseñanzas.
Si realmente quiere usted trabajar en la viña del Señor - el mundo- no se aísle. EI estudio abstracto
puede serle bueno parte del tiempo, pero salga al mundo; gánese la confianza de las gentes en la iglesia; en
el casino y en la profesión. Si da usted un buen ejemplo, inquirirán el secreto y tendrá la suerte de ofrecerles
la mayor de todas las enseñanzas que jamás se ha conocido:
EL SECRETO DEL DESARROLLO DEL ALMA
Puede decírseles algo del tenor siguiente:
"Todas las noches después de acostarme hago examen de todos los acontecimientos del día en
sentido inverso. Pruebo a juzgarme imparcialmente a mi mismo. Me culpo si lo merezco, me arrepiento y
hago el propósito de enmendarme. Me enaltezco donde veo una acción laudable, determinando superarme al
siguiente día.
"Con frecuencia fracaso en mis buenos propósitos, pero persisto en mis tentativas, y poquito a poco
lo consigo".
Será bueno explicar también que mediante la revisión de los acaecimientos en orden inverso quedan
éstos más firmemente impresos en la memoria, pero deberá evitarse dar mayor explicación hasta tanto no
esté usted seguro de que su amigo busca una solución al problema de la vida.
Esto es propaganda discreta y discerniente.
EI estar absolutamente seguros acerca de esta cuestión es de vital importancia. Para muchos que
accidentalmente entran en el Mundo del Deseo, tales como los médium, por ejemplo, están cegados por la
ilusión y la alucinación debido a su incapacidad para conocer la verdad. Además, los Hermanos Mayores de
la Orden Rosacruz dan a los probacionistas una definida y científica enseñanza sobre este punto y con objeto
de preservarles del peligro indicado más arriba les someten a una prueba determinada y real antes de admitir
a ninguno de ellos para el discipulado. Todos deben alcanzar determinada puntuación en esta materia.
Acaso sorprenda a los lectores que no se reserve esta discusión para los probacionistas o discípulos, pero la
Fraternidad Rosacruz no cree en secretos ni misterios. Todo aquel que quiera puede calificarse para
cualquier grado y esta calificación no es una cuestión de forma, sino como consecuencia de vivir la vida.
Con respecto a la primera parte de la pregunta, "¿donde buscaremos la verdad?", diremos: Hay solo una
contestación: dentro. Esto es absolutamente un asunto de desarrollo moral y la promesa de Cristo de que si
vivimos la vida conoceremos la doctrina, es verdadera y exacta en su sentido mas lato y literal. Nunca se
encontrará la verdad por el mero estudio de mis libros o los de cualquiera otro. Mientras que se corra detrás
de maestros externos, yo mismo u otro cualquiera, el aspirante se halla perdiendo lastimosamente el tiempo
y la energía. Los libros y los maestros pueden, quizás, elevar y aumentar el interés del investigador e
impelerle a vivir la vida, pero únicamente en la medida que este convierta los preceptos de aquel en una
parte de su ser interno, se está investigando en la dirección conveniente. EI Hermano Mayor -de quien yo,
quizás, equivocadamente, hablo como si fuera un maestro - nunca me ha enseñado directamente, desde el
primer corto periodo, cuando lo que está contenido en el Concepto Rosacruz del Cosmos, fue dado, y en el
año pasado aprendí la lección de no hacer preguntas, pues he notado, que cuando quiera que obro así, él,
simplemente, me da una indicación o insinuación del modo en que por mi mismo puedo alcanzar el
conocimiento que busco. Ahora, en vez de hacerle preguntas le pido la orientación para poder solucionar el
problema. Así, pues, puede verse que por el uso de nuestras facultades, por las cuales nos podemos
comparar con los talentos de que habló Cristo, es el medio de alcanzar la información más valiosa para
nosotros.
La vida es un flujo constante y el estancamiento es el pecado
cardinal, pues las experiencias nuevas es el verdadero soplo de vida del progreso. Si nosotros hemos hallado
la verdad es sólo su consecuencia natural el buscar un campo donde ésta pueda ser útil y en concordancia
con nuestro juicio en tal materia y con la diligencia con que cultivemos tal campo, será la cosecha que
recolectaremos.
Hay una cuestión que debe ser considerada muy atentamente por cada uno de nosotros, hela aquí: "¿Qué uso
estoy haciendo de las enseñanzas que he recibido?" Nosotros podemos estar sobre una montaña entregados a
ensueños y a meditación aunque podamos vivir en una ciudad y tan sordos al grito por luz que suena en
nuestros oídos, como si el investigador se hallase a miles de kilómetros alejados de nuestro lado. A menos
que repartamos por nuestro modo de vivir (que habla más alto que las palabras) la verdad que hemos
hallado, incurriremos en una gran responsabilidad, pues a aquel que mucho se le ha dado mucho le será
exigido.
Recordemos para acabar, que
el "conocimiento infla, pero el amor construye" y que el servicio es el patrón
de la verdadera grandeza.
Del mismo modo, uno que ha encontrado lo que él cree ser la verdad puede "enterrar su tesoro" en su propio
pecho, o "poner su luz bajo un matorral" para caber, quizás después de muchos años, que lo que ha estado
tan celosamente acariciando es una burda y espúrea imitación. Así, pues, se presenta la necesidad de una
prueba final infalible, una prueba que elimine toda posibilidad de decepción y el problema es el modo de
descubrirla y aplicarla después.
La contestación es tan simple como eficiente es el método. Cuando preguntamos a los coleccionistas el
medio de que se valen para saber si un determinado articulo que han adquirido y que estiman, es una
imitación o es legitimo, generalmente nos dicen que es mediante su examen por alguna persona que haya
visto el original. Nosotros podremos engañar a todos los hombres durante un cierto tiempo o a una parte de
ellos durante todo la vida, pero nos es imposible el defraudar durante toda la vida a toda la humanidad, y si
el coleccionista hubiera exhibido públicamente su tesoro en vez de ocultarlo secretamente, hubiera conocido
rápidamente por el conocimiento colectivo de todo el mundo, si su objeto era legitimo o falsificado.
Ahora recapacite en esto, pues es muy importante: Tan cierto como el general misterio y las reservas de los
coleccionistas ayudan, incitan y estimulan el fraude respecto de los traficantes de curiosidades, así también
el deseo de tener y poseer para nosotros mismos grandes secretos no conocidos por la "plebe", estimula el
tráfico de aquellos que negocian en "iniciaciones ocultas" con ceremonias pomposas, para seducir a las
víctimas de ellos para luego desaparecer con su dinero.
¿Cómo podremos probar el valor de un eje sino es por su uso y de este modo viendo la forma en la que
conservará su extremidad después de estar sometido a un trabajo real y constante? ¿Lo compraríamos
nosotros si el vendedor nos dijera que lo colocáramos en un rincón obscuro donde nadie pudiera verlo y
prohibiéndonos a nosotros mismos que lo utilizáramos? Ciertamente que no. Nosotros lo querríamos ver
trabajar en nuestra máquina o taller donde pudiéramos constatar que esta pieza tenia el "temple" debido. Si
comprobáramos que estaba construido de "acero verdadero" nosotros lo apreciaríamos; pero, si por el
contrario, diríamos al vendedor que se quedase con su material inservible.
En el mismo principio se asienta nuestro tema, y ¿cuál es la razón de "comprar" los efectos de los buhoneros
de secretos? Si sus artículos fueran "acero fino" no habría necesidad de tal secreto y a menos que nosotros
podamos emplearlos en nuestras vidas cotidianas no tienen ningún valor. Así tampoco es de valor un eje a
menos que podamos utilizarlo, pues éste se enmohece y pierde su filo. Así, pues, tiene el deber cualquiera
que halla la verdad el emplearla en el trabajo del mundo, con la doble finalidad de salvaguardarse a si mismo
para asegurarse de que esta verdad resistirá la gran prueba y para dar a otros la oportunidad de compartir el
tesoro que encuentra útil para él. Por lo tanto, es verdaderamente importante que sigamos el mandato de
Cristo: "Dejad que brille vuestra luz."
Tomás de Kempis dijo: "Yo preferiría sentir arrepentimiento que saber el modo de definirlo", y nosotros
podemos substituir la palabra "amor" por la de arrepentimiento. ¡Oh, si nosotros fuéramos capaces de sentir
amor antes bien que ser capaces de definirlo! Pero el amor no puede ser conocido por nosotros excepto en la
medida que nos purifiquemos del gran pecado del egoísmo. La vida es nuestra posesión más preciosa y
como Cristo dijo: "No tiene el hombre más grande amor (o abnegación) que esto, es decir, que un hombre dé
su vida por sus amigos."
En la proporción, pues, que nosotros cultivemos esta virtud de la abnegación, alcanzaremos el amor, porque
son sinónimos como se indica por Pablo en su inimitable 13º capitulo de la primera epístola a los corintios. ¿
Cuando un pobre hermano nuestro llama a nuestras puertas, le damos tan poco como nos es posible? Si así
obramos, somos egoístas. ¿0 acaso le auxiliamos solamente porque nuestra conciencia no nos permite
dejarle marchar con las manos vacías? En este caso también adolecemos de egoísmo, puesto que no
queremos sentir los remordimientos de la conciencia. Aun cuando nosotros demos nuestras vidas por una
causa, ¿no lo hacemos porque pensamos en esta causa nos pertenece? A menudo oculto mi cara a mi mismo
por la vergüenza que siento por este pensamiento en relación con la Fraternidad, y aún debemos continuar en
nuestro puesto. Pero no nos engañemos a nosotros mismos; luchemos con el demonio del egoísmo y estemos
siempre alerta contra sus sutiles añagazas y encantos. Si sentimos que nos susurra a nuestro oído que
necesitamos descanso y no nos es posible sacrificarnos por los demás, o si vemos que no podemos dar a los
demás de nuestro sustento, hagamos un soberano esfuerzo para imponer la gratitud de la generosidad. En
efecto, nosotros no reservamos más que lo que damos; nuestros cuerpos desaparecen y nuestras posesiones y
propiedades las dejamos detrás de nosotros, pero nuestras buenas acciones permanecen nuestras por toda la
eternidad.
Probablemente sabrá usted que la palabra "filosofía se compone de dos voces que significan "amor de la
sabiduría". Muchos se figuran que "amor de la sabiduría", en este sentido, es sinónimo de "deseo de
conocer", pero una lección reciente nos ha mostrado la vasta diferencia que media entre "conocimiento" y
"sabiduría". Sabiduría implica amor antes, después y siempre, mientras que el "conocimiento" puede
aplicarse a los peores propósitos imaginables. De hecho, el verdadero esotérico que se inspira en una
devoción ferviente en el estudio y el trabajo en la vida, es demasiado modesto para aceptar el titulo de
filósofo, pues para él significa aún más al volverlo del revés y lo llama: "Sabiduría del amor" en lugar de
"Amor de la sabiduría." Una ligera consideración esclarecerá pronto este punto. El sujeto escogido para las
próximas lecciones es uno de los más íntimos y santos que se puedan elegir, por lo que fácilmente se
colegirá que es necesario abordarla con este espíritu de “sabiduría del amor", en este amor que encierra la
real y completa concepción de lo que la verdadera filosofía es y significa.
Roberto Burns dijo una vez:
"¡Oh! ¡Qué poder nos hiciera la merced de poder vernos a nosotros mismos como los demás nos ven!"
Pero me temo que aquel poder seria una amarga posesión aunque parezca deseable pensándolo
superficialmente. Todos y cada uno de nosotros estamos plagados de defectos. Hay instantes en que
representamos un triste papel en el escenario del mundo. Algunas veces parecemos arrojados a la deriva, sin
objeto alguno, de aquí para allá, por el timón del Destino al par que otros que no pueden ver la viga en su
propio ojo nos critican amargamente y nos ponen en ridículo. Si nos viésemos con sus ojos perderíamos
aquel esencialísmo atributo, nuestro propio respeto y temeríamos encaramos con nuestros semejantes.
Cuando comprendemos que esto es así (y no es posible que no nos convenzamos de ello a poco que se
medite) entonces podríamos con provecho considerarlo por el lado opuesto, volver la oración por pasiva y
comprender que nosotros, al criticar agudamente los más mínimos defectos de los demás, adoptamos una
actitud muy poco fraternal, antifilosófica y desprovista de la "sabiduría del amor". Es el propósito de las
próximas lecciones darnos una idea de lo que ha causado en el pasado alguna de las cosas que más
criticamos en los otros, con el objeto de que podamos evitar personalmente parecidos errores; su propósito
es también que practiquemos aquella caridad cristiana, real y verdadera, que no se envanece ni se engríe, que
no busca lo suyo ni se regocija con el mal, sino con la verdad, como Pablo la describe en aquel hermosísimo
capitulo 13º de la 1º Epístola a los corintios.
Yo confío que usted acogerá estas lecciones con un tal espíritu y que le serán perdurablemente beneficiosas.
Los Hermanos Mayores cuya labor ellos están realizando. Y que es vuestra obligación decir
amable pero firmemente a esa gente que no vais a escuchar sus acusaciones, que vais a
ayudar en la construcción y que, por tanto, no podéis participar en la destrucción.
Tened muy claro que los probacionistas no deberán permitir a nadie mezclarse
con los miembros para sembrar semillas de sedición Y que, en interés de vuestro propio
Centro de Estudios, debéis poner fin a esas perniciosas conductas de nuevos miembros,
antes de que hayan profundizado en las Enseñanzas, pues vosotros trabajáis duramente para
asimilarlas, ponéis el dinero para construir vuestro Centro y, si está mal por parte de los
perturbadores, frustrar vuestros esfuerzos, es necio, por vuestra parte, el permitirlo.
Os sugeriría que esta carta la tuvieseis siempre a mano para releerla cuando las
circunstancias lo aconsejen. Espero que ahora sabréis cual es vuestra obligación y cuál
vuestro interés. Pues es de esperar que la situación se repita y así, entonces estaréis
preparados para combatirla todos a una.
Con sinceros deseos de crecimiento para vuestro Centro, para vuestra clase y para
vuestra evolución anímica en la escuela del Servicio,
Siempre vuestro en fraternidad,
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Amigo Joan se que es posible que estés pronto de regreso...
Te esperamos con ilusión.
Besos de tu amiga Linda.
PD: Te dejo un Vídeo de los que yo se te gusta.
INICIACION
La idea general que se tiene sobre la iniciación es que esta no es más que una
ceremonia que convierte a uno en miembro de una sociedad secreta, cosa que
puede conferirse con tal de que se pague cierto precio, una suma de dinero en
la mayoría de los casos.
Si bien es cierto que en la llamada "iniciación" en las órdenes fraternales o en
la mayoría de las seudo-ocultas, sucede así, es completamente erróneo
cuando se aplica a las iniciaciones en los varios grados de las verdaderas
Fraternidades Ocultas, como lo aclarará un poco de comprensión de los
requisitos realmente exigidos.
En primer lugar, el oro no es en manera alguna la llave del Templo; el mérito
cuenta, pero no el dinero. El mérito no se adquiere en un día; es el producto
acumulado de las buenas acciones pasadas. El candidato para iniciación
generalmente está inconsciente de que es el candidato, y vive su vida en la
comunidad sirviendo a su prójimo durante días y años sin ningún pensamiento
ulterior, hasta que un buen día aparece en su vida un instructor, un Hierofante
de los Misterios Menores, apropiado al país en el que resida el candidato.
Hasta este momento éste ha venido cultivando en sí ciertas facultades y
acumulando ciertos poderes para servir y ayudar, de los que está generalmente
inconsciente o los que no sabe como usar debidamente. La tarea del iniciador
es entonces muy sencilla: muestra al candidato sus facultades latentes, los
poderes adormecidos, y lo inicia en su empleo; le explica o demuestra por vez
primera cómo puede despertar esa energía estática convirtiéndola en poderes
dinámicos.
La iniciación puede realizarse con una ceremonia o no, pero obsérvese
particularmente que siendo la Iniciación la culminación inevitable de
prolongados esfuerzos espirituales, sean conscientes o no, por parte del
candidato, no puede positivamente tener lugar hasta que el desenvolvimiento
interno haya acumulado los poderes latentes que la Iniciación enseña a
emplear dinámicamente, así como el apretar el gatillo de un revolver
descargado, no puede producir explosión alguna.
Tampoco hay miedo alguno de que el instrucción no se fije en alguno que haya
alcanzado el grado de desarrollo requerido. Toda acción buena y desinteresada
aumenta la luminosidad y el poder vibrante del aura del candidato
enormemente, y tan seguramente como que el imán atrae la aguja, así también
la brillantez del aura luminosa atraerá el instructor.
Por supuesto, es imposible describir en un libro dado al público en general los
estados de la iniciación rosacruz. Hacerlo así sería una falta de lealtad y sería
además imposible por falta de palabras para expresar los hechos. Pero está
permitido dar un bosquejo general y mostrar el propósito de la iniciación.
Los Misterios Menores tratan únicamente con la evolución de la humanidad
durante el Período Terrestre. En las tres revoluciones y media primeras de la
oleada de vida en torno de los siete globos, los Espíritus Virginales no habían
adquirido la consciencia de sí mismos. Debido a esto ignoramos como hemos
llegado a ser lo que somos. Tiene, pues, que iluminarse al candidato sobre el
asunto, así que bajo el impulso del Hierofante, durante el primer período de
iniciación en el primer grado, su consciencia se dirige hacia la página de la
Memoria de la Naturaleza que contiene los recuerdos de la primera revolución ,
en la que recapitulamos el desarrollo del Período de Saturno. el está aún en
plena posesión de su consciencia diaria; sabe y recuerda perfectamente los
hechos de la vida del siglo XX, pero está ahora observando conscientemente
los progresos de la evolucionante hueste de espíritus virginales, de la que era
una unidad en la Revolución de Saturno. En esa forma aprende como se dieron
los primeros pasos en el Período Terrestre, hacia la meta de realización, la que
le será revelada en un grado superior.
Habiendo aprendido la lección prácticamente, tal como se describe en el
capítulo X, el candidato a adquirido conocimiento directo sobre el asunto y se
ha puesto en contacto con las Jerarquías creadoras en su obra sobre el
hombre; puede, por lo tanto, apreciar su valor beneficioso en el mundo y hasta
cierto punto puede ponerse en línea con ellas, convirtiéndose de hecho en
colaborador suyo.
Cuando llega el tiempo, para él, de pasar al segundo grado, se le facilita el que
dirija su atención a las condiciones de la segunda Revolución del Período
Terrestre, tal como están registrados en la Memoria de la Naturaleza; entonces
observa con plena consciencia los progresos hechos en ese tiempo por los
Espíritus Virginales, así como Peter Ibetson (el héroe de la obra "Peter Ibetson"
de Jorge du Maurier, que recomendamos se lea por ser una descripción muy
gráfica de ciertas fases de subconsciencia) observaba su vida infantil durante
las noches en que "soñaba de verdad". En el tercer grado el discípulo estudia
la evolución de la Tercera Revolución o Lunar, y en el cuarto grado ve los
progresos hechos en la mitad de la Revolución que acabamos de pasar.
Además hay otro paso en cada grado; el discípulo ve, además de la labor
ejecutada en cada revolución, la obra realizada en la Época correspondiente
durante nuestra actual estada en el globo D, de la Tierra.
Durante el primer grado, estudia la obra de la Revolución de Saturno y su
última consumación en la Época Polar.
En el segundo grado, la obra de la Revolución Solar y su réplica: la Época
Hiperborea.
Durante el tercer grado observa la obra realizada en la Revolución Lunar, y ve
cómo fue la base de la vida en la Epoca Lemúrica.
Durante el cuarto grado ve la evolución de la última media revolución con su
correspondiente período de tiempo en nuestra estada sobre la Tierra; la
primera mitad de la Época Atlante que terminó cuando la densa niebla de la
atmósfera desapareció y el Sol comenzó a brillar sobre la tierra y el mar;
entonces terminó también la noche de inconsciencia, los ojos del Ego interno
se abrieron por completo y pudo dirigir la luz de su razón sobre el problema de
conquistar al Mundo. Ese fue el tiempo en que nació el hombre tal como hoy le
conocemos.
Cuando en los antiguos sistemas de iniciación se oye hablar de que se
sumerge en trance al candidato durante un período de tres días y medio, esto
no es más que una referencia a esa parte de la iniciación que acabamos de
describir, y los tres días y medio se refieren a estados pasados y no son, en
manera alguna, días de venticuatro horas; varía el tiempo usado con cada
candidato, pero en cualquier caso se le conduce a través del desarrollo
inconsciente de la humanidad durante las Revoluciones pasadas, y cuando se
dice que despierta al nacer el sol del cuarto día, es la forma mística de
expresar que su iniciación es la obra de la carrera involucionaria del hombre
que cesó cuando el Sol se levantó sobre la atmósfera aclarada de la Atlántida.
Entonces se proclama al candidato "primogénito".
Habiéndose familiarizado con el camino que hemos transitado en el pasado, el
quinto grado lleva al candidato al final del Período Terrestre, en el que una
humanidad gloriosa está recogiendo los frutos de este Período y llevándoselos
consigo de los siete globos sobre las cuales evolucionamos en cada Día de
Manifestación, al primero de los cinco globos obscuros que son nuestra
habitación durante las Noches Cósmicas. El más denso de ellos está situado
en la Región del Pensamiento Abstracto, y en realidad el "Caos" de que se
habla en la página 216 y siguientes. Este globo es también el Tercer Cielo, y
cuando San Pablo habla de haber sido llevado al Tercer Cielo, donde vio cosas
que no podía decir, se refería a las experiencias equivalente a las del quinto
grado de los Misterios Rosacruces actuales.
Una vez que se la mostrado el fin del quinto grado, el candidato queda
familiarizado con los progresos que se lograrán durante las tres revoluciones y
media restantes del Período Terrestre; los cuatro grados restantes están
dedicados a iluminarle sobre el asunto.
Por medio de la percepción así adquirida puede cooperar inteligentemente con
los Poderes que trabajan para Dios, pudiendo, entonces, ayudar a apresurar el
día de nuestra emancipación.
Con el objeto de rebatir un malentendido muy común, deseamos advertir a los
estudiantes que no somos rosacruces por el hecho de estudiar sus
enseñanzas, ni aún nuestra admisión en el templo nos califica para darnos ese
nombre. El autor, por ejemplo, es únicamente un hermano lego, y bajo ninguna
circunstancia se denominaría a sí mismo Rosacruz.
Sabemos sobradamente, que cuando un muchacho se ha graduado en
gramática en una escuela, no por eso está en condiciones de enseñarla. Antes
debe asistir a la escuela superior y a la facultad, y aún entonces puede muy
bien no sentirse llamado a ser profesor en gramática. Similarmente en la
escuela de la vida, no porque un hombre se haya graduado en la escuela de
Misterios Rosacruces puede llamarse Rosacruz. Los graduados en las varias
escuelas de misterios menores pasan a las cinco escuelas de misterios
mayores. En las cuatro primeras, pasan por las cuatro Grandes Iniciaciones, y
por último llegan al Liberador, en donde reciben conocimientos concernientes a
otras evoluciones, y se les da la elección de quedarse aquí para asistir a sus
hermanos o entrar en otras evoluciones como auxiliares. A los que eligen
quedarse aquí como auxiliares, se les dan diversas tareas, de acuerdo con sus
gustos e inclinaciones naturales. Los Hermanos de la Rosa Cruz, están entre
esos compasivos, y es un sacrilegio usar indebidamente su nombre
aplicándoselo uno a sí mismo, cuando no somos más que estudiantes de sus
hermosas doctrinas.
Durante las últimas centurias los Hermanos han trabajado por la humanidad en
secreto; cada noche, a media noche, hay un servicio en el Templo, en el que
los Hermanos Mayores, asistidos por los hermanos legos que pueden dejar su
trabajo en el mundo ( puedes muchos de ellos residen en lugares en los que
aún es de día cuando es medianoche en el lugar donde está situado el Templo
de la Rosa Cruz), atraen de todas partes del Mundo Occidental los
pensamientos de sensualidad, avaricia, egoísmo y materialismo. Entonces
tratan de transmutarlos en puro amor, benevolencia, altruismo y aspiraciones
espirituales, enviándolos de nuevo al mundo para el mejoramiento y
vigorización del bien. Si no fuera por este potente manantial de vibraciones
espirituales, el materialismo habría ya concluido con todo esfuerzo espiritual,
porque nunca ha habido edad más negra, desde el punto de vista espiritual,
que los últimos trescientos años de materialismo.
Ahora ha llegado el tiempo, sin embargo, en el que los esfuerzos secretos
deben sustituirse por un esfuerzo más directo, para promulgar una enseñanza
definida, lógica y consecuente, respecto al origen, evolución y desarrollo futuro
del mundo y del hombre, mostrando, a la vez, los aspectos espiritual y
científico; una enseñanza tal, que no haga enseñanza alguna irreconciliable
con la razón o la lógica; una enseñanza que satisfaga a la mente dando una
explicación razonable a todos los misterios, enseñanza que no pide ni elude
preguntas, siendo sus explicaciones a la vez lúcidas y profundas.
Pero, y éste es un "Pero" muy importante, los Rosacruces no consideran la
comprensión intelectual de Dios y del Universo como un fin en sí mismo; lejos
de ello: cuanto mayor es el intelecto, tanto mayor es el peligro de su mal uso.
Por lo tanto, esta enseñanza científica, lógica y completa se da para que el
hombre pueda creer en su corazón, lo que su cabeza ha sancionado, y para
que comience a vivir una vida religiosa.
DIOS, EL PADRE,DEL PURO AMOR ,TE BENDIGA, POR SER TU MISMO/A. GRACIAS.
LINDA LEE
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De: Mitzi |
Enviado: 18/03/2014 04:21 |
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