Todos los seres humanos conocen el desánimo, ya sea observando a las personas, ya sea constatando, que les han sido colocados obstáculos en su camino. Cada quien tiene mil razones para estar deprimido o descorazonado, pero el arte consiste en empezar de nuevo sin cesar de trabajar animadamente. Si no podemos fabricar la piedra filosofal dentro de sí, no tiene importancia. Solo los alquimistas que conservan el fuego interior, llegan a vivir mucho tiempo debido a esto. No dejan de soplar sobre el fuego sagrado. Los verdaderos alquimistas no se desaniman; mientras que los que lo son solo por curiosidad, pronto paran de trabajar; ¿Para qué sirve intentar soldar dos cosas juntas, que siempre se separan?
Se deben casar, unir los dos elementos antagónicos, a fin e que den nacimiento a un hijo. Debes unirlos a la fuerza, calentarlos. La preparación de las condiciones necesarias, para que esta unión se vuelva posible, es la historia más larga que deberás llevar a cabo, la más difícil que se conozca. Cuando se sabe despertar la atracción entre estas dos materias, acto seguido, nace el hijo. El alquimista entonces debe cuidar este hijo, que se volverá tan fuerte y grande, que podrá modificar todos los metales. Los alquimistas se parecen a la madre. Se requiere para esto la paciencia más grande. Sucede lo mismo para el espíritu humano. Existen dos materias antagónicas en nosotros y debemos reconciliarlas. Esta reconciliación permitirá transformar las condiciones de la vida en oro. Las dos materias están en nosotros; ¡Cuántas veces intentaremos ponerlas en contacto una con la otra, pero el esfuerzo es en vano!
¿Cómo conseguirlo? Gracias a la esperanza absoluta, lo conseguiremos un día, a través de una fe inalterable en los poderes que Dios ha puesto en nosotros. Por el amor en estas cosas. Por la voluntad que debemos ejercer cada día. Por estos cinco elementos: esperanza, fe, amor, paciencia, y voluntad, lo conseguiremos, pues la paciencia nace del amor y de la fe, el saber, el conocimiento vendrán después por la voluntad. Palpando, probando, leyendo, descubriremos como actuar, escucharemos dentro de nosotros la voz de la sabiduría. Si estas cinco cualidades faltan, no podremos llegar hasta el final, por muchos libros que leas que traten de este tema. Estos cinco elementos, son el pentagrama. (O.M.A
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