La mente es nuestro barco, el Ajustador nuestro piloto y nuestra voluntad humana es nuestro capitán-
Libro de Urantia. Pág. 1217
Si nos hiciéramos conscientes de la ley de la naturaleza, de Causa y Efecto, seríamos capaces de establecer la diferencia entre la situación que nos preocupa y la causa que la originó y podríamos utilizar nuestros problemas como experiencias inigualables, en nuestro camino espiritual de evolución, aprendiendo a distinguir lo real de lo aparente. “Jesús nos enseñó que las realidades eternas eran el resultado del esfuerzo recto en la tierra. La estadía mortal del hombre en la tierra, adquiere nuevo significado, como consecuencia del reconocimiento de un destino noble” 1860. Y en este destino noble, nuestras intenciones tienen un papel preponderante ya que “el alma en evolución, no se vuelve divina por lo que haga, sino por lo que trata de hacer” 557.
El diccionario dice que intención es: “la determinación de la voluntad, en orden a un fin”, o sea que no se trata de un capricho momentáneo, sino de un propósito de nuestra voluntad. Hay una inmensa diferencia entre desear y querer, el deseo puede ser pueril, la intención debe ser verdadera, volitiva y consciente para que tenga valor y trascendencia.
Nuestras intenciones además deben ser coherentes con la realidad, no se puede ir en bicicleta a la luna, de igual forma no podemos tener una intención verdadera, si no estamos claros en cuanto a lo que realmente deseamos obtener. Las intenciones deben tener metas factibles, para no caer en el autoengaño y quedar a merced de las circunstancias, pues “el hombre es por naturaleza un soñador, por eso no puede decidir sabiamente sobre los asuntos temporales, ni trascender el egoísmo de los intereses personales, a menos que medite en presencia de Dios y tome en cuenta las realidades de los significados divinos y de los valores espirituales.” 1093
Para que nuestras intenciones sean positivas y creadoras, debemos emplear nuestro discernimiento, para estar claros de lo que pretendemos y dirigir nuestros pensamientos y nuestra voluntad para alcanzar los objetivos, esto lo logramos siendo coherentes en lo que pensamos, decimos y hacemos, sólo así nos convertimos en artífices de nuestro propio destino, lo cual es totalmente posible, pues “la mente es nuestro buque, el Ajustador nuestro piloto y nuestra voluntad humana es nuestro capitán” 1217
yolanda silva solano