YO ESTOY CONTIGO
Cuenta una madre, que cuando su hijo mayor apenas era un niño de tan solo dos
años, fue sometido a una cirugía. La enfermera entró con una inyección de
la anestesia.
El muchacho, mirando con miedo, comenzó a lloriquear, y la enfermera dijo:
-No llores, no te va a doler
El niño miro como si preguntará en silencio:
-¿Es verdad que no me va a doler?
-Si te va a doler, hijito, pero aquí esta mi mano, dijo la madre. Si te duele mucho,
Aprieta mucho. Si te duele poco aprieta poco. Yo estaré aquí contigo.
¿Entendiste?
Cuantas veces miramos a Dios y preguntamos:
¿Va a doler?
Y Él, con su voz de padre amable, nos consuela:
-Si te va a doler, hijo. En este mundo de tristezas y lágrimas, muchas
Cosas te van a doler, pero aquí esta mi mano. Nunca estarás solo, yo siempre
estaré contigo.
Tomado de: "Hágase rico espiritualmente"
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