Aprende a no contar con nada ni con nadie, ni con tu familia, ni con tus amigos, ni siquiera con el Señor, sí, ¡ni siquiera con el Señor!... sino sólo con tu trabajo.
¿Por qué? Porque gracias a tu trabajo podrás contar después con el universo entero. Cuando el campesino ha sembrado su campo, puede contar con el sol, con la lluvia, con el rocío, porque éstos van a contribuir a hacer crecer las semillas. Pero si no ha sembrado nada, es inútil que cuente con nada ni con nadie.