"Dí que todos los seres humanos son tus hermanos y hermanas, y si aprendes a aceptarlos con sus debilidades, sus lagunas y las dificultades que te crean, atraerás la benevolencia y el apoyo de las entidades celestiales.
No imites nunca a los que se apartan de los demás con el pretexto de que los demás son inferiores. Estos ignorantes no saben que de esta manera transgreden la ley del intercambio y que, como consecuencia de ello, el mundo divino se negará a hacer intercambios con ellos.
Cada uno tiene que descubrir cómo debe establecer verdaderos contactos con los demás.
¡Qué el sabio se sienta feliz dando sus conocimientos, el santo dando su luz, y que aquéllos que los reciban se alegren de haber sido instruidos e iluminados! ¡
Qué el fuerte se sienta feliz sosteniendo al débil y el rico ayudando al pobre, y que el débil y el pobre estén agradecidos por haber sido socorridos!
Todos aquéllos que, en cualquier aspecto que sea, se niegan a hacer circular sus riquezas, son como aguas estancadas: nunca descubrirán el sentido de la vida, porque la vida sólo existe en la circulación, en los intercambios."
(Omraam M. Aivanhov)