Tiempo
Una de las cosas que no se pueden comprar,
ni con todo el oro, ni dinero ni otro medio,
aunque sea la persona más rica, la más sabia,
o la más poderosa... es el tiempo.
Tiempo para vivir un segundo o cien años más,
o tiempo para asegurarnos no irnos antes
de lo que nuestras efímeras vidas planifican.
Si este tipo de tiempo nos es tan valioso,
hay otro tiempo que es aún más valioso:
• el tiempo que nos dan o que damos,
• el tiempo que empleamos para hablar y escuchar,
• el tiempo usado para llorar y consolar,
• el tiempo para rogar y aconsejar,
• el tiempo para pedir y dar, dar y recibir,
• el tiempo para reír y compartir,
y quizá, con más precisas palabras,
• el tiempo para enriquecer almas...
la propia o las ajenas.
Este tiempo, que igual no se vende
ni se compra, tiene una virtud única:
es el único tiempo que tenemos,
que es nuestra posesión...
al darlo o recibirlo.