Cuando tomamos las acciones de los demás de manera personal, éste es nuestro ego hablando, diciéndonos que somos el centro del universo, que todo lo que sucede en nuestras vidas gira en torno a nosotros. Nuestro ego es la cortina que nos separa de los verdaderos sentimientos y pensamientos de los demás.
Nuestra lucha es no tomar todo de forma personal. Y dar con todo nuestro corazón, aún si pensamos que no estamos recibiendo suficiente a cambio. Cuando hacemos nuestra parte, la energía regresa a nosotros, siempre. Si no del que recibe, entonces de otra persona. Semillas positivas producen frutos positivos. Esta es una ley inmutable.
Y recuerda, compartir no es únicamente una cosa física. Hacer lugar en tú corazón para otros y reconocer que no eres la única persona en el mundo que quiere estar satisfecho, puede ser el mejor regalo que puedes darle a los que quieres, y a ti mismo. |