Hazte amigo del tiempo…
Mantener una apreciación constante del momento presente es ser amigo del tiempo, ir llevando el paso con sus movimientos, estar siempre preparado para lo que sea que el próximo momento pueda traer.
El tiempo no espera por nosotros, así que necesitamos estar alertas y seguir su ritmo. A medida que avanza, la Naturaleza devuelve el eco de la llamada del tiempo. Los elementos revelan cómo el mundo envejece. Pero la semilla del futuro está plantada.
En el silencio y la quietud podemos salir del tiempo, observar con desapego qué ha sucedido, qué está sucediendo y qué va a venir a medida que la gran obra de los eventos se revela.
En ese momento de quietud cuando el tiempo está inmóvil, podemos conectar la conciencia del alma con el Alma Suprema. Experimentamos la profunda dicha y satisfacción de la atemporalidad, un momento de conexión más allá del tiempo. Un sabor de la eternidad. Y con esta conciencia, retornamos, y volvemos al tiempo y a la historia para interpretar nuestro papel.