Con cuántos obstáculos, con cuántas dificultades nos encontramos en la vida que no tienen otra razón de ser que la de obligarnos a tomar el único camino en el que podremos cumplir nuestra predestinación de hijos e hijas de Dios! Una gran sabiduría preside todos los destinos, y debemos aceptar esta verdad para no agravar nuestros sufrimientos. La Inteligencia cósmica nunca tiene la intención de aplastarnos; pero con lo que nos da, y también con todo aquello de lo que nos priva, nos pone en situaciones en las que nos vemos obligados a expresar lo que hay de mejor en nosotros.
Al que no ve ninguna salida al exterior, le queda siempre la posibilidad de buscar una salida dentro de sí mismo, trabajando sin descanso con el pensamiento, la imaginación y la voluntad. El destino de cada uno es un lenguaje especial que debemos esforzarnos en interpretar. Todos los impedimentos, todas las pruebas que encontramos en nuestro camino, no tienen otro objetivo que el de enseñarnos a encontrar lo que buscamos en el mundo del alma y del espíritu.
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