9. LA ESENCIA DE LA RELIGIÓN
La teología trata del contenido intelectual de la religión, la metafísica (revelación) de los aspectos filosóficos. La experiencia religiosa es el contenido espiritual de la religión. A pesar de los caprichos mitológicos y de las ilusiones psicológicas del contenido intelectual de la religión, las suposiciones metafísicas erróneas y las técnicas de autoengaño, las distorsiones políticas y las perversiones socioeconómicas del contenido filosófico de la religión, la experiencia espiritual de la religión personal permanece genuina y válida.
La religión tiene que ver con el sentimiento, la actuación, y el vivir, no meramente con el pensar. El proceso de pensar está más estrechamente vinculado con la vida material y debería ser dominado en su mayor parte, pero no totalmente, por la razón y los hechos de la ciencia y, en sus alcances no materiales hacia los dominios espirituales, por la verdad. Aunque la propia teología sea ilusoria y errónea, la propia religión puede ser totalmente genuina y eternamente verdadera.
El budismo en su forma original es una de las mejores religiones sin Dios que hayan surgido a lo largo de la historia evolucionaria de Urantia, aunque, en la forma en que esta fe se desarrolló, no permaneció sin Dios. La religión sin fe es una contradicción; sin Dios, una contradicción filosófica y un absurdo intelectual.
La paternidad mágica y mitológica de la religión natural no invalida la realidad y verdad de las religiones revelatorias posteriores y el profundo evangelio salvador de la religión de Jesús. La vida de Jesús y sus enseñanzas finalmente libraron a la religión de las supersticiones de la magia, las ilusiones de la mitología, y la esclavitud del dogmatismo tradicional. Pero esta primitiva magia y mitología prepararon efectivamente el terreno para una religión superior y más reciente, suponiendo la existencia y realidad de valores y seres supermateriales.
Aunque la experiencia religiosa es un fenómeno subjetivo puramente espiritual, dicha experiencia comprende una actitud positiva y de fe viviente hacia los más altos dominios de la realidad objetiva del universo. El ideal de la filosofía religiosa es tal fe-confianza que pueda conducir al hombre a depender sin condiciones del amor absoluto del Padre Infinito del universo de los universos. Tal experiencia religiosa genuina trasciende en mucho la objetivación filosófica del deseo idealista; en efecto, toma a la salvación como cosa normal y se preocupa tan sólo por aprender y hacer la voluntad del Padre en el Paraíso. Las marcas de dicha religión son: fe en una Deidad suprema, esperanza de supervivencia eterna, y amor, especialmente hacia el prójimo.
Cuando la teología domina la religión, la religión muere; se torna una doctrina en vez de una vida. La misión de la teología consiste meramente en facilitar la autoconciencia de la experiencia personal espiritual. La teología constituye el esfuerzo religioso de definir, aclarar, exponer y justificar las declaraciones experienciales de la religión que, en último análisis, tan sólo pueden ser validadas por la fe viviente. En la filosofía más elevada del universo, la sabiduría, como la razón, se alía a la fe. La razón, la sabiduría y la fe son los logros más elevados del hombre. La razón lleva al hombre al mundo de los hechos, de las cosas; la sabiduría le presenta el mundo de la verdad, de las relaciones; la fe le abre la puerta al mundo de la divinidad, la experiencia espiritual.