Somos vasijas de barro y gracias a nuestro albedrío podemos moldearnos a voluntad, por éso cuando aprendemos a ver a Dios, en los sitios donde nunca antes lo habíamos visto, cuando El está presente en las cosas ordinarias del diario vivir, cuando se despierta nuestra capacidad de asombro ante lo que creíamos saber, cuando sintiendo nuestra pequeñez como seres finitos, somos capaces de confiar que con Dios lo podemos todo... entonces, nuestra conciencia se expande y la vida nos parece hermosa, porque hemos encontrado el sitio para lo espiritual y sagrado... sin desvincularlo de la realidad mortal, porque "mientras os dedicáis a la obtención de las realidades eternas, debéis también disponer de las necesidades de la vida temporal."1778
Cuando la religión nos permite reconocer la verdad en las cosas no vistas y escuchar los mensajes a través del lenguaje no hablado, quiere decir que hemos encontrado nuestra religión viva y personal, la única trascendente y verdadera que nos permite afrontarlo todo sin miedo, porque hemos encontrado a Dios...no fuera, sino dentro de nosotros.
El sentir a Dios, nos da la serenidad para creer que el mundo tiene sentido a pesar del caos. El tomar conciencia de lo que ocurre, nos ayuda a no ser extremistas en nuestros juicios y en nuestras reacciones, porque comprobamos que nada es abiertamente malo, ni nada es perfectamente bueno y que los problemas sólo se solucionan cuando se asumen y se aprovechan para evolucionar.
Quiero terminar estas reflexiones, con las palabras de Jesús cuando nos dijo: “No olvidéis, que estáis comisionados para salir a predicar sólo la buena nueva. No debéis atacar las viejas costumbres, más bien habéis de mezclar hábilmente la levadura de la nueva verdad, en la masa de las antiguas creencias. Dejad que el Espíritu de la Verdad realice su obra."1932 en nosotros y también en cada uno de nuestros hermanos...
yolanda silva solano