A medida que avanzas en la existencia, tomas conciencia de que estás habitado por diferentes tendencias, algunas mejores que otras. Pero no basta con tomar conciencia: tienes que admitir también la necesidad de hacer una selección entre todas estas tendencias, y concentrarte en aquéllas que te parezcan más nobles, más constructivas.
De esta manera vas a descubrir, poco a poco, la presencia en ti de algo luminoso, poderoso, que antes no conocías. Esta presencia es la del Principio divino que habita en ti y que espera que te pongas a su servicio.
Ponerse al servicio del Principio divino es encontrar cada día los valores morales, espirituales, que merecen que les des prioridad."