La originalidad es algo que cada día es más escaso en los seres humanos, cada día el hombre se asemeja más a un robot que hace y dice lo que otros le dicen que hacer, se viste con las marcas que el consumismo casi lo obliga y come la chatarra que el bolsillo y el tiempo le imponen. Ser parte de la masa es fácil, porque se puede estar dormido sin que ello se note. Tal vez mucho digan que el seguir la corriente no tiene nada de malo, y puede que tengan razón, porque no hay pecado ni maldad en hacerlo, pero los que hemos sido llamados a ser sal de la tierra, no podemos seguir siendo marionetas de los hilos de las circunstancias, pues nuestro Padre nos dotó del libre albedrío para que actuáramos como individualidades y de esta forma fuésemos dueños de nuestro propio destino, a nosotros Jesús nos dijo:"no sólo debéis dejar de hacer el mal, sino que debéis aprender a hacer el bien.1436"
Para poder hacer el bien en forma consciente, primero tenemos que aprender a ser Personas, es decir aprender a tener conciencia de nosotros mismos, el famoso "conócete a ti mismo" de Sócrates, sigue teniendo la misma vigencia de siempre, lo mismo que las interrogantes sempiternas ¿quién soy? ¿A dónde voy? Frases muy manías, pero que muy pocas veces le prestamos la verdadera importancia que ellas tienen, por ejemplo ¿estamos conscientes que nuestro cuerpo es ni más ni menos que el templo de la divinidad?
"La infinidad de la perfección de Dios es tal, que eternamente lo constituye en un misterio. Y el más grande de todos los misterios impenetrables de Dios es el fenómeno de la residencia divina en la mente de los mortales. La manera en que convive el Padre Universal con las criaturas del tiempo es el más profundo de todos los misterios del universo; la presencia divina en la mente del hombre es el misterio de los misterios. El cuerpo físico de los mortales es «el templo de Dios.26" porque El en su infinito amor por su criatura, no le bastó que fuésemos sus hijos, sino que quiso quedarse para siempre en nuestra mente, la cual se aloja en nuestro cuerpo físico. Por éso Jesús nos dijo: "el hombre puede ser un gusano en el polvo por su naturaleza y origen, pero cuando lo habita el espíritu de mi Padre, ese hombre se hace divino en su destino."1676