Al
daros este nuevo mandamiento, no aflijo vuestra alma con una nueva carga, por el
contrario, os traigo un nuevo gozo y hago posible para vosotros, la experiencia
gozosa de conocer las delicias de donar el afecto de vuestro corazón a vuestros
semejantes.
Libro
de Urantia. Pág.1944
Familia querida,
durante todo este mes he tratado de mostrarles el arduo camino que tuvo que
recorrer Micael antes de convertirse en el Jesús de Nazaret que todos
conocemos. Ahora quisiera hablar de sus enseñanzas pero ¡son tantas y tan
edificantes todas ellas que me resulta muy difícil el seleccionar sólo unas
pocas...
Empecemos por recordar que cuando
faltaban pocos días, para que Jesús cumpliera su misión en la tierra y ofreciera
su vida por amor nuestro, en esos momentos trascendentales, quiso dejarnos un legado que da testimonio de
su vida y de sus enseñanzas y que Él llamó el nuevo mandamiento y dijo: “Cuando
os presenté una parábola, indicando de qué manera debéis estar dispuestos a
serviros los unos a los otros, dije que deseaba daros un nuevo mandamiento,
ahora lo haré porque estoy a punto de dejaros.
"Así pues, os doy un mandamiento nuevo
y este es: que os améis unos a otros como Yo os he amado. De esta forma,
todos los hombres sabrán que sois mis discípulos, si ven que os amáis de esta
manera. Al daros este nuevo mandamiento, no aflijo vuestra alma con una nueva
carga, por el contrario, os traigo un nuevo gozo y hago posible para vosotros,
la experiencia gozosa de conocer las delicias de donar el afecto de vuestro
corazón a vuestros semejantes. Estoy a
punto de experimentar la felicidad suprema, al donar mi afecto a vosotros y a
vuestros semejantes. 1944."
Jesús al autootorgarse, vino a cumplir una
misión, para la cual quiso encarnar en un cuerpo humano como el nuestro. A lo
largo de su vida, dió miles de ejemplos y enseñó a través de sus parábolas,
pero cuando el tiempo físico ya escaseaba, Él pone todo su énfasis en estás
palabras, que resumen toda su enseñanza.
Ahora ya no habla en parábolas, sino que claramente lo llama el nuevo
mandamiento, es una orden imperativa, pero a la vez llena de amor, porque quiere
compartir con nosotros, el goce que está experimentando, al saber que ha
cumplido con su misión de enseñarnos, como y cuanto amar a nuestros hermanos y a
través de ellos al Padre celestial, Jesús sabe por propia experiencia, que
“conocer a nuestros hermanos, entender sus problemas y aprender a amarlos, es la
suprema experiencia de la vida . 1431"
Ojalá que tomáramos conciencia que sólo cuando
hagamos nuestras estas palabras y ellas se conviertan en vivencias personales y
cotidianas, estaremos cambiando a Urantia a través del amor y la fraternidad
podremos con propiedad llamarnos hijos de Dios, capaces de aportar a la Paz del
mundo con nuestra hermandad verdadera.
yolanda silva solano