Para amar
Para Amar hay que estar dispuesto
y disponible para dar.
Dar tiempo, eso que nunca sobra,
de allí de tu preciado tiempo sacarás
para dar y bendecir al otro
con lo que era tuyo.
Para amar hay que dar atención,
no solo tiempo, porque se puede estar sin estar,
en presencia, pero no de corazón,
por lo que prestaremos atención a quien amamos,
escucharemos con atención, le miraremos a los ojos,
como que si no existiera más nadie en este mundo.
Para amar hay que dar dinero,
requerirá muchas veces un esfuerzo,
más que palabras, invertir en esa relación
que quieres cultivar, puede ser hasta dinero
que estás dejando de ganar, al tomar el tiempo
para compartir con ese ser amado.
Para amar hay que dar palabras,
las frases de aliento, de amor, de elogio,
de admiración, quedan en el tiempo cuando todo
lo demás se va, en la mente son memorables,
en el corazón inolvidables.
Para amar hay que cubrir necesidades,
suplir lo que al otro le hace falta,
aún cuando yo lo necesite, ver la necesidad
del otro y dar sin esperar nada a cambio.
Para amar hay que hacer regalos,
no tienen que ser grandes cosas
pueden ser detalles que se recordarán,
más que el regalo es la intención
y la actitud de quien lo da,
es el amor con que se da.
Para amar hay que expresar afecto,
una palabra que se recuerde,
que nunca se olvide, que selle la relación,
que bendiga y fortalezca.
Para amar hay que tocar al otro
con el actuar, si no hay amor es simplemente
un sonido sordo en este mundo insípido y frío,
actúa con amor, toca el corazón.
Para amar hay que dar.
Si has conocido a Dios amarás dando
porque Dios es amor y lo dio todo
por ti y por mí.