La existencia del hombre es de origen
dual, por una parte sabemos que vivimos en una jungla, en donde hay que saber
defenderse para no ser devorados, pero a la vez sabemos que no estamos solos
porque "el gran Dios hace contacto directo con la mente del hombre y le otorga
una parte de su Ser infinito para que viva dentro de
él"64
La forma de convivir en la
jungla no es hacerlo con la misma moneda, dejando aflorar nuestro carácter
explosivo y destruyendo el equilibrio de la armonía. El que grita, es porque no
tiene argumentos para ser escuchado, así es que aprendamos a dominar nuestro
carácter y a ser conscientes del poder de la palabra, porque “ la lengua humana,
es algo que muy pocos hombres pueden domar. Pero el espíritu interior, puede
transformar este órgano poco dócil, en una dulce voz de tolerancia y un
instrumento para manifestar misericordia.”
1640
El autodominio es indispensable
en esta lucha por sobrevivir en paz, porque él nos da el discernimiento para
tomar todo en su justo medio, sin angustia pero tampoco con desidia, porque
sabemos que recibiremos lo mismo que hemos sembrado. Si nuestra vida está llena
de resentimiento, de odios, de pensamientos negativos, nuestra vida sólo podrá
ser un ruido molesto para los que nos rodean y para nosotros mismos. En cambio,
si nuestra mente está en una frecuencia de armonía, serenidad y optimismo,
entonces nuestra existencia será una hermosa sinfonía que será escuchada por
todos, pudiendo así influir en forma positiva en el destino de nuestros países y
del mundo.
En una orquesta hay muchos
instrumentos, cada uno tiene su participación en la belleza de la música, si uno
solo desafina, se arruina toda la melodía. Nuestra vida es algo similar...
tenemos miles de cosas que hacer, pero si no las sabemos hacer cuando y donde
corresponde, nuestra mente se desconcierta y en vez de armonía obtenemos la
prisa y la angustia que hoy en día es tan común al ser humano y que nos roba la
serenidad.
"No os dejéis enceguecer por el
prejuicio ni paralizar por el miedo. Tampoco permitáis que la reverencia por las
tradiciones tanto pervierta vuestra comprensión que vuestros ojos no vean y
vuestros oídos no oigan. No es propósito de la religión verdadera simplemente
traer paz, sino más bien, asegurar el progreso. No puede haber paz en el corazón
ni progreso en la mente, a menos que os enamoréis de todo corazón de la verdad,
de los ideales de las realidades eternas. Deberíais comenzar a liberaros de la
esclavitud del temor y de la duda al entrar a vivir una nueva vida de fe y
esperanza. Cuando los sentimientos del servicio para con vuestros semejantes
surjan en vuestra alma, no los ahoguéis; cuando las emociones del amor por
vuestro prójimo desborden en vuestro corazón, expresad estos impulsos de afecto
en un ministerio inteligente de las necesidades auténticas de vuestros
semejantes"1745
No basta desear la Paz, es preciso
vivirla en el quehacer cotidiano y tenerla muy dentro de nuestro corazón para
poder irradiarla, permitiendo así mejorar la noosfera de nuestro Planeta
haciendo más feliz la vida de todos.
yolanda silva
solano