Jesús no abandonó a su
familia, hasta que no hubo enseñado a sus hermanos a como llevar la casa con
responsabilidad y cuidar debidamente de su madre.
Libro de Urantia.
Pág.1471
La familia,
este núcleo tan
importante para una sociedad sana, se está debilitando cada día más. Antes, era el hombre el proveedor y la madre
la educadora, ella se quedaba en el hogar y era el pilar de la familia. Hoy en día la situación económica y el deseo
de la mujer de tener los mismos roles del hombre e incluso competir con él,
obligan a la mujer a salir a trabajar fuera, lo cual en la práctica debilita la
fuerza que antes tenía la familia, pues los hijos crecen prácticamente solos o
en manos de empleadas que en el mejor de los casos, pueden tener muy buena
voluntad, pero que la mayoría de las veces carecen de la educación y de la
motivación para educarlos y es natural,
porque ese no es su rol.
Como esta es
una realidad que ya no es posible evitarla, sólo nos queda hacernos conscientes
de mejorar la calidad, por la cantidad de tiempo que damos a la familia, porque
así como “cada integrante de ella se beneficia por la conducta recta de todos
los demás miembros, del mismo modo, cada integrante ha de sufrir las
consecuencias temporales inmediatas de la mala conducta de cualquier otro de sus
miembros. La familias como grupos, al
igual que las naciones, las razas, los mundos, los sistemas, las constelaciones
y los universos, son relaciones de asociación que poseen individualidad, por lo
tanto, cada integrante de cada grupo grande o pequeño, cosecha los beneficios y
sufre las consecuencias de la rectitud y de la maldad de cualquier otro de los
miembros del grupo correspondiente” 619.
Habitualmente la mayor responsabilidad del hogar
recae en la mujer quien debe trabajar fuera y preocuparse de todos los detalles
concernientes al hogar, pero debemos reconocer que la juventud actual se está
comportando en forma muy diferente y que ambos están asumiendo mejor sus roles,
no sólo de proveedores sino también de padres responsables y buenos dueños de
casa. El machismo va en franca retirada,
en la medida que crece la educación del hombre., que paradojalmente es educado
por mujeres que por años fomentaron el machismo... porque era la
costumbre.
“Lentamente pero con seguridad, las costumbres
establecidas cambian, para proveer esos ajustes sociales que son parte de la
evolución persistente de la civilización.
Las costumbres en avance proveyeron poco a poco, un trato mejor para las
mujeres. Las tribus que persistieron en
tratarlas con crueldad no sobrevivieron”937 aun cuando siguen habiendo países en
donde se proscriben los más elementales derechos de la mujer, no solamente como
tal, sino como ser humano.
La familia
debería ser nuestra prioridad, no solamente en proporcionarle lo mejor que el
mercado ofrece... sino lo mejor de nuestra espiritualidad, de nuestra unión con
nuestro Padre ... porque nuestro buen ejemplo es la mejor herencia que podemos
entregar a nuestra familia y a toda la humanidad.
yolanda
silva solano