Mi Padre me ha
enviado para amar los corazones, publicar la libertad de los cautivos y a
consolar a los que están de duelo.
Libro de
Urantia.Pág.1661
La misión de
Jesús fue completamente diferente a la de su primo Juan Bautista que proclama la
penitencia y el sacrificio, para poder ser perdonados por un Dios justiciero.
Jesús vino a mostrarnos la verdadera personalidad de Dios, no como un ser
irancundo y selectivo, sino como la figura de un Padre que ama de tal manera al
ser humano, que nos envía a su propio Hijo para que nos enseñe a conocerlo y a
amarlo como El lo desea.
Jesús no vino
a salvarnos del pecado, vino a enseñarnos a amar, porque cuando se ama no se
hiere ni se ofende al ser amado, porque sus acciones son motivadas por el deseo
de adorar a su Padre y la verdadera adoración es "la técnica de buscar en el
Unico, la inspiración para servir a muchos.1616”
Hoy en día
siguen habiendo muchas réplicas de Juan el Bautista, que no cesan de enviarnos
sus mensajes catastróficos si no nos arrepentimos de nuestros pecados y como
prueba de ello ponen los accidentes desastrosos de la naturaleza, como el
comienzo del castigo de Dios que terminará con la extinción de la humanidad.
Estos falsos profetas deberían saber que "el Padre no aflige a sus hijos
deliberadamente. El hombre no debe culpar a Dios por las aflicciones que son el
resultado natural de la vida que él elige vivir; tampoco debe el hombre quejarse
de esas experiencias que son parte de la vida tal como se la vive en este mundo.
Es la voluntad del Padre que el hombre mortal trabaje con perseverancia y
firmemente hacia el mejoramiento de su condición en la tierra. La aplicación
inteligente permitirá al hombre sobreponerse a buena parte de su miseria en la
tierra.1661"
"Demasiado
tiempo creyeron vuestros antepasados que la prosperidad era un signo de
aprobación divina, y las adversidades las manifestaciones de la ira de Dios. Yo
declaro que estas creencias son supersticiones. El Padre hace caer su lluvia
sobre el justo y el injusto; el sol del mismo modo brilla sobre el recto y el
que no lo es. En el asunto de la enfermedad y de la salud, debéis saber que los
dos estados corporales son resultado de causas materiales; la salud no es la
sonrisa del cielo ni es la aflicción, la ira de Dios y los hijos humanos del
Padre, tienen igual capacidad para recibir las bendiciones materiales; por lo
tanto, él dona las cosas físicas a los hijos de los hombres sin discriminación.
Cuando se trata de los dones espirituales, el Padre se limita a la capacidad que
el hombre tiene para recibir estos dones divinos. Aunque el Padre no hace
acepción de personas, en su entrega de los dones espirituales está limitado por
la fe del hombre y por el deseo de éste de acatar siempre la voluntad del
Padre.1830"
No no dejemos
atemorizar por lo que ocurre a nuestro alrededor, más bien confiemos plenamente
en que nuestro amor hacia nuestro Padre será quien nos guíe siempre hacia un
mundo mejor, en donde nuestro espíritu será el gran arquitecto de nuestro
destino, el cual no tiene por qué ser un valle de lágrimas, porque si lo sabemos
aprovechar se convierte en una pradera de oportunidades.
yolanda silva
solano.