“La
perfección es nuestra meta, no nuestro origen.
Libro de
Urantia. Pág.846
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“¿Qué
mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y
barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,
reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la
dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo
delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”Lucas
5.8-10
Con este ejemplo común, sencillo y material Jesús
simplifica e ilustra “cuán profunda es la búsqueda divina de todos los
que están confusos, inciertos, o de otra manera cegados espiritualmente por las
preocupaciones materiales y las acumulaciones del vivir.”1853
.
Jesús nos está enseñando que la virtud, que la
buena disposición espiritual, no son permanentes, porque “la perfección es
nuestra meta, no nuestro origen”846 por tanto es preciso estar continuamente
trabajando para mantener nuestra conciencia alerta, para ser capaces de
“establecer buenos cimientos para el crecimiento de un carácter noble con dotes
espirituales”1738
El tropezar muchas veces con la misma piedra es
propio de nuestra naturaleza pues “el suelo del alma en desarrollo es humano y
material, pero el destino de esta criatura combinada de mente y espíritu es
espiritual y divino.” 1738, por tanto nuestra evolución no consiste en no
“pecar” nunca, sino en la rapidez que con que nos levantamos después de cada
caída y el gozo que sentimos al retomar el Camino después de recuperar la virtud
que habíamos perdido, porque “cada día que vive un verdadero creyente, le
resulta más fácil hacer lo que es recto”1740 pues no actúa por un mandato, sino
movido por el amor y entonces “la rectitud experiencial es un placer, no un
deber”1574
Encendámos nuestra lámpara y barramos nuestra mente de todo lo negativo,
sin desanimarnos ante nuestras caídas, porque no podemos olvidar que “la
sabiduría del hombre nace de las pruebas y de los errores de la experiencia
humana.”58
yolanda silva solano