La felicidad, cuando se experimenta conscientemente en la vida humana, es tónico para la salud, estímulo para la mente, y energía infalible para el alma..
Libro de Urantia. Pág.2065
El mejor antídoto ante la ansiedad, el temor, la depresión y la tristeza, es la alegría porque ella es algo más que una sensación o un sentimiento, ella es un valor que debemos cultivar con esmero si realmente deseamos ser felices. La alegría más que un estado de ánimo, es un estado de conciencia de alguién que sabe que no está nunca solo, porque dentro de lo más íntimo de su ser, mora la divinidad de nuestro Espíritu residente, que está siempre pronto a iluminar nuestro tránsito por esta vida, que por supuesto no es un valle de lágrimas sino una pradera de oportunidades.
“La meta magna de la existencia humana consiste en sincronizarse con la divinidad del Ajustador residente, pero un esfuerzo dedicado y determinado a la realización del destino eterno, es totalmente compatible con una vida regocijada y alegre y con una carrera de éxito y honorable en la tierra. La cooperación con el Ajustador del Pensamiento no comprende autotortura, piedad falsa, ni autohumillación hipócrita y ostentosa; la vida ideal es una vida de servicio amante y no una existencia de aprehensión temerosa.”1206
La alegría nace de una vida interior planificada, entregada a hacer la voluntad de nuestro Padre y que sabe que nada de lo que nos ocurre es por casualidad, pues la Vida es nuestra mejor Maestra ya que tanto lo bueno como lo no tan bueno encierran una enseñanza, de la cual si le sacamos el verdadero significado, se convierte en un valor de eternidad.
Si en verdad queremos evolucionar y ser verdaderos hijos de Dios, tenemos que ser alegres porque “ la llegada del Espíritu de la Verdad purifica el corazón humano y conduce al que lo recibe a formular un propósito de vida, dedicado exclusivamente a hacer la voluntad de Dios y promover el bienestar de los hombres. El espíritu material del egoísmo ha sido neutralizado en este nuevo otorgamiento espiritual de altruismo. Significa que el Jesús de la historia, se ha tornado en el Hijo divino de la experiencia viviente. La felicidad de este Espíritu derramado, cuando se experimenta conscientemente en la vida humana, es tónico para la salud, estímulo para la mente, y energía infalible para el alma.”2065
Los urantianos, no tenemos derecho a tomarnos demasiado en serio, nuestras preocupaciones e incluso nuestras penas deben ser aves de paso...no se trata de reprimir las emcociones, sino de transmutarlas y saber aprovecharlas hasta que la alegría sea nuestra infaltable amiga.
yolanda silva solano